Este simple hábito puede reducir drásticamente tus posibilidades de enfermarte esta temporada

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque no se puede atribuir el resfriado común al clima por sí solo, los cambios de temperatura pueden afectar directamente nuestra susceptibilidad a enfermedades. Según la doctora Amy Brown, neumóloga certificada y profesora asistente de pediatría en el New York Medical College, el aire frío y seco aumenta la probabilidad de contraer infecciones respiratorias. Las vías nasales son nuestra primera línea de defensa contra patógenos y deben mantenerse en óptimas condiciones, especialmente durante los meses fríos.

El sistema interno de humidificación de la nariz permite adaptarse a los cambios ambientales, pero cuando el aire exterior es demasiado seco, este mecanismo debe trabajar más para humedecer el aire que respiramos. La doctora Brown explica que si la filtración nasal y las defensas inmunitarias no funcionan adecuadamente debido a la sequedad, los virus tienen más facilidad para entrar al organismo. Por ello, es importante prestar atención a la humedad en el hogar durante el invierno.

La falta de humedad no solo provoca sequedad en la nariz, sino que también puede manifestarse en los labios y la piel. Utilizar un humidificador puede ser útil, pero es esencial encontrar un equilibrio. Demasiada humedad puede dificultar la respiración y fomentar el crecimiento de moho. Según Brown, el nivel óptimo de humedad en interiores debe estar entre el 35% y el 45%.

Lo Curioso

¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando no tenemos relaciones?

La importancia de la capa de moco

Una de las claves para prevenir enfermedades respiratorias es mantener la capa de moco en la nariz. Esta capa actúa como una barrera que atrapa bacterias y partículas en el aire antes de que lleguen a las vías respiratorias inferiores. La investigación ha demostrado que cuando un virus o bacteria entra en la nariz, las células que la recubren comienzan a replicarse en pequeñas vesículas extracelulares, que actúan como señuelos para atraer a los virus, evitando que se adhieran a las células del cuerpo.

Además, el conducto nasal alberga células ciliares que ayudan a eliminar el moco, las bacterias y los virus. El doctor Peter Filip, rinólogo, menciona que estas proyecciones microscópicas funcionan en conjunto para mantener las vías respiratorias limpias. Sin embargo, el aire frío y seco puede comprometer estas defensas, lo que aumenta el riesgo de infección.

Los estudios indican que una reducción de tan solo 9 grados Fahrenheit en la temperatura dentro de la nariz puede reducir a casi la mitad la cantidad de células que combaten virus y bacterias. Esta disminución en la temperatura y la humedad coincide con el inicio de la temporada de resfriados, que suele abarcar desde finales de agosto hasta abril, mientras que la temporada de gripe generalmente va de octubre a mayo.

Estrategias para proteger las vías respiratorias

Además de la temperatura ambiental, diversos factores de estilo de vida pueden contribuir a la sequedad nasal. La deshidratación, el uso frecuente de pañuelos, las alergias, ciertos medicamentos y el humo del tabaco son solo algunos ejemplos de irritantes que pueden afectar la salud nasal. También se ha observado que las fragancias de velas y ambientadores pueden agravar la situación, por lo que se recomienda limitar su uso en casa.

Los expertos sugieren que limitar la exposición al aire seco es la mejor manera de mantener las vías nasales en óptimas condiciones. La doctora Brown señala que garantizar un nivel de humedad adecuado en el hogar es crucial para el bienestar a largo plazo. También es recomendable mantenerse hidratado, utilizar sprays nasales a base de solución salina y evitar artículos con fragancias.

Algunos signos de una nariz seca incluyen irritación, congestión, y cambios en el sentido del olfato. Si estas molestias son frecuentes, podría ser una señal de que la humedad en el ambiente no es la adecuada. Identificar y corregir estos problemas puede marcar la diferencia en la salud respiratoria durante la temporada de frío, ayudando a prevenir infecciones y a mantener el bienestar general.