Júpiter tiene su propia “bola antiestrés” natural: ¿Qué se sabe sobre la Gran Mancha Roja?
La Gran Mancha Roja de Júpiter, la tormenta más grande del sistema solar, sigue sorprendiendo a los científicos con su comportamiento dinámico.
CIUDAD DE MÉXICO.- La Gran Mancha Roja de Júpiter, la mayor tormenta conocida del sistema solar, sigue asombrando a la comunidad científica con sus constantes cambios. Desde su primera observación en el siglo XVII, esta colosal tormenta, que podría albergar tres planetas del tamaño de la Tierra, ha sido objeto de intensos estudios. A pesar de su aparente estabilidad, recientes descubrimientos revelan que la Mancha Roja está lejos de ser un fenómeno estático.
Un estudio reciente de la NASA, liderado por Amy A. Simon, ha descubierto que la Gran Mancha Roja tiene un ciclo de expansión y contracción que se repite cada 90 días, comportándose de manera similar a una “bola antiestrés”. Este comportamiento inesperado fue observado gracias a imágenes capturadas por el Telescopio Espacial Hubble entre diciembre de 2023 y marzo de 2024, lo que ha permitido a los científicos comprender mejor las dinámicas internas de esta tormenta.
Variaciones de Tamaño y Velocidad
El ciclo de la Gran Mancha Roja no solo involucra cambios en su tamaño, sino también en la velocidad de sus vientos. Durante su fase de máxima expansión, las velocidades de los vientos pueden superar los 450 km/h, disminuyendo cuando la tormenta se contrae. Estas oscilaciones han revelado interacciones constantes entre la tormenta y las bandas de viento circundantes de Júpiter, lo que parece mantenerla en su posición fija a lo largo del tiempo.
La científica Amy Simon señala que este tipo de oscilación no se había identificado anteriormente. La posibilidad de estudiar estos fenómenos se debe en gran parte a la resolución y frecuencia con la que el Hubble ha capturado imágenes, lo que ha permitido detectar estos ciclos regulares en la tormenta más grande de nuestro sistema.
Cambios en el Color y Brillo
Además de las variaciones en tamaño y velocidad, la investigación también ha registrado fluctuaciones en el color y brillo de la Gran Mancha Roja. Cuando la tormenta alcanza su mayor tamaño, la región central se ilumina en el espectro ultravioleta, lo que indica una mayor actividad de gases en la atmósfera superior de Júpiter. Este fenómeno podría estar relacionado con la renovación de materiales atmosféricos, afectando la apariencia de la tormenta en diferentes longitudes de onda.
Los científicos también han notado que el “collar” rojo que rodea la tormenta muestra variaciones en intensidad y tonalidad, lo que sugiere un ciclo constante de renovación atmosférica. Este collar es una región donde los vientos alcanzan sus velocidades más altas, y su comportamiento parece estar vinculado al ciclo de contracción y expansión de la tormenta.
Futuras Investigaciones con el Telescopio Webb
Amy Simon y su equipo continúan investigando la Gran Mancha Roja utilizando el Telescopio Espacial James Webb, que ofrece una capacidad sin precedentes para estudiar la atmósfera de Júpiter en longitudes de onda infrarrojas. Con el Webb, se espera obtener más información sobre las variaciones en las velocidades de los vientos internos de la tormenta y cómo estos cambios se relacionan con el ciclo de oscilación.
El objetivo es comprender mejor las interacciones atmosféricas que permiten a esta tormenta perdurar durante siglos, algo que la distingue de otros fenómenos similares en planetas como Neptuno. Las observaciones a largo plazo permitirán a los científicos tener una visión más completa de cómo evoluciona esta enigmática tormenta joviana.
Observaciones a Largo Plazo
El equipo de Simon sigue de cerca a la Gran Mancha Roja a través del programa OPAL (Outer Planet Atmospheres Legacy), que utiliza imágenes anuales capturadas por el Hubble para monitorear los cambios en los gigantes gaseosos. Este programa ha sido fundamental para documentar las variaciones cíclicas de la Mancha Roja, lo que aporta una visión a largo plazo de su evolución y los mecanismos que la mantienen activa.
Gracias a estas investigaciones continuas, los científicos esperan resolver algunos de los misterios que aún rodean a esta gigantesca tormenta, que ha fascinado a generaciones de astrónomos y sigue siendo una de las maravillas del sistema solar.