¿Por qué una persona es impuntual? Según la psicología

CIUDAD DE MÉXICO.- La Real Academia Española (RAE) define la puntualidad como “cuidado y diligencia en llegar a un lugar o partir de él a la hora convenida”, lo que podría parecer un simple hábito. Sin embargo, la psicología sostiene que llegar tarde o temprano dice mucho más de la personalidad de una persona de lo que podría pensarse. En la sociedad actual, la hora marca la pauta para dividir el día entre responsabilidades y tiempo libre, por lo que la impuntualidad está mal vista, especialmente en contextos laborales y de compromiso.

Oliver Burkman, psicólogo social, señaló en una entrevista con la BBC que las personas que llegan tarde suelen querer estar en control de la situación. “Quieren ser el centro de atención cuando llegan”, explicó. Sin embargo, más allá de parecer un acto de arrogancia, Burkman invita a ser empáticos con quienes suelen ser impuntuales, ya que este comportamiento a menudo refleja una necesidad de atención o una inseguridad personal que las lleva a buscar protagonismo.

Impuntualidad y optimismo con el tiempo

De acuerdo con el Departamento de Sociología de la Universidad de San Diego, las personas que suelen llegar tarde tienden a ser excesivamente optimistas con el tiempo del que disponen. La doctora Diana DeLonzor, experta en manejo del tiempo, divide a las personas impuntuales en dos grupos. Están los que “apuran el plazo”, quienes disfrutan de la adrenalina de dejar todo para último momento, y los “productores”, que creen que pueden hacer mucho más de lo que realmente el tiempo les permite.

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Ambos grupos comparten una característica: la dificultad para gestionar el tiempo de manera realista. Aunque esta tendencia puede parecer inofensiva, a menudo genera problemas en su vida diaria, tanto en el ámbito laboral como en el personal, ya que no logran cumplir con sus compromisos a tiempo.

La otra cara de la moneda: la puntualidad

Por otro lado, las personas que llegan siempre puntuales suelen tener un alto nivel de autocontrol y una planificación meticulosa de su tiempo. Según DeLonzor, son individuos que visualizan posibles imprevistos y asignan suficiente tiempo para solucionarlos antes de llegar a su destino. Este comportamiento también revela una baja tolerancia hacia la impuntualidad ajena, lo que puede generar frustraciones cuando otros no cumplen con las mismas expectativas.

No obstante, Oliver Burkman advierte que la puntualidad excesiva puede ser una señal de ansiedad o de una excesiva preocupación por complacer a los demás. Llegar muy temprano a una cita puede ser una forma de intentar evitar cualquier inconveniente y asegurar una imagen positiva ante los demás, aunque esto también puede generar malestar si se convierte en una fuente de estrés constante.

La puntualidad como reflejo de responsabilidad

En resumen, tanto la impuntualidad como la puntualidad revelan aspectos profundos de la personalidad de las personas. Mientras que los impuntuales pueden ser optimistas o impulsivos, los puntuales destacan por su capacidad de planificación y su compromiso con los demás. Sin embargo, en ambos casos, es importante reconocer que la relación con el tiempo está influenciada por emociones y factores internos que van más allá de un simple hábito.

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Entender estos comportamientos no solo ayuda a ser más comprensivos con los demás, sino también a gestionar mejor nuestras propias acciones en relación al tiempo, buscando un equilibrio entre responsabilidad y flexibilidad. La puntualidad, al final del día, es mucho más que llegar a tiempo; es una ventana a la forma en que manejamos nuestras expectativas y relaciones.