Revelan mapa de cables submarinos que sostienen el internet global
Estos cables, que se extienden por 1,4 millones de kilómetros a lo largo del fondo del océano, transportan más del 95% del tráfico mundial de internet.
Un sorprendente mapa ha salido a la luz, mostrando cómo los cables submarinos que sostienen gran parte del internet global están “bajo ataque”. Estos cables, que se extienden por 1,4 millones de kilómetros a lo largo del fondo del océano, transportan más del 95% del tráfico mundial de internet. Desde 2021, al menos ocho cables han sido cortados en incidentes calificados como “sospechosos” en el océano Atlántico, de acuerdo con un informe de Policy Exchange. Aunque estos ataques aún no tienen responsables claros, la atención se ha centrado en Rusia.
Rusia ha sido acusada de invertir en una unidad naval secreta que cuenta con equipos especializados capaces de interferir e incluso cortar cables en las profundidades del océano. Desde entonces, se han registrado más de 70 avistamientos de barcos rusos merodeando de forma inusual cerca de infraestructuras marítimas críticas, como cables y gasoductos. Un ejemplo notable ocurrió en 2022, cuando se reportó la presencia de barcos rusos en las cercanías de las Islas Shetland, donde se cortaron varios cables.
Ataques en el Mar Rojo y las tensiones en Medio Oriente
El problema no se limita al Atlántico. A principios de este año, cuatro de los 15 cables submarinos del Mar Rojo fueron cortados, afectando el 25% del tráfico de datos entre Asia y Europa. Aunque el gobierno de Yemen señaló a los hutíes como posibles responsables, el grupo negó cualquier implicación y culpó a los ataques militares estadounidenses y británicos. Estos cortes no solo impactan el tráfico de datos, sino que también son indicativos de cómo la infraestructura digital se ha convertido en un objetivo en conflictos y tensiones geopolíticas.
Las tensiones también se ven en la competencia por el control de los proyectos de instalación de cables. En 2020, una empresa china fue derrotada por una estadounidense en la licitación de un proyecto importante que habría conectado Singapur con Francia. Los temores de Estados Unidos giraban en torno a la posibilidad de que, si empresas chinas instalaban los cables, estos podrían ser vulnerables a interrupciones o espionaje en momentos de crisis.
Un informe reciente de Policy Exchange advierte que los cables de fibra óptica bajo el mar, descritos como las “arterias invisibles de la comunicación global”, son un “activo crítico y un objetivo valioso” en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas. Michael Fallon, exsecretario de defensa del Reino Unido, resaltó que estos cables son tan importantes para la economía internacional como las rutas comerciales abiertas, ya que soportan los sistemas financieros, los intercambios de datos y el suministro energético. La economía y la seguridad de naciones como Reino Unido dependen enormemente de sus conexiones submarinas con América del Norte, Europa y el Lejano Oriente.
El riesgo no solo reside en el corte físico de los cables. Como advierte Shashank Joshi, editor de defensa de The Economist, en tiempos de paz, estos cables pueden ser intervenidos para espiar, y en tiempos de guerra, pueden ser cortados, paralizando las comunicaciones. Joshi también señaló que, en un conflicto sobre Taiwán, se espera que el ejército chino intente cortar los cables que conectan la isla con el resto de Asia como parte de una “bloqueo informativo”.
Además, aunque Occidente está tomando medidas para defender mejor estos activos, también están al tanto de las amenazas de espionaje, ya que han sido responsables de ello en el pasado. En 2013, se reveló que la agencia de inteligencia británica GCHQ había intervenido más de 200 cables, accediendo a llamadas telefónicas, correos electrónicos, publicaciones de Facebook e historiales de navegación.
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La geografía de los cables y su propiedad se han convertido en cuestiones geopolíticas vitales. Con la creciente dependencia de estos cables para mantener las comunicaciones globales, los gobiernos deben enfrentarse no solo al riesgo de sabotaje, sino también al desafío del espionaje, ya que cualquier interrupción o intervención en estas “arterias invisibles” puede tener consecuencias devastadoras para la economía global y la seguridad internacional.
Con información de Daily Express.