Un síntoma poco conocido del TDAH: ¿Es más fácil detectarlo por la mañana?

A medida que crece la conciencia sobre el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), cada vez es más fácil identificar los primeros signos de esta condición. Según las directrices del NHS (Servicio Nacional de Salud del Reino Unido), el TDAH es un trastorno del comportamiento que provoca inquietud, dificultades de concentración y comportamientos impulsivos. Y hay varios indicadores clave que podrían sugerir su presencia. No obstante, hay un síntoma matutino que a menudo pasa desapercibido: la dificultad para despertarse.

El vínculo entre el TDAH y los trastornos del sueño

Uno de los aspectos menos reconocidos del TDAH es su relación con los problemas de sueño. Muchas personas con este trastorno experimentan insomnio o dificultades para conciliar el sueño, lo que afecta negativamente la calidad del descanso. Como resultado, levantarse por la mañana puede ser un desafío considerable. Esto no solo impacta su rutina diaria, sino que también podría ser un signo clave de TDAH que fácilmente podría ser pasado por alto.

Se sabe que el TDAH puede desencadenar impulsividad e hiperactividad, lo que dificulta la relajación y el sueño, incluso cuando se sigue una rutina nocturna establecida. Esto crea un ciclo en el que la falta de sueño o la mala calidad del mismo hace que las mañanas sean aún más complicadas.

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Un ciclo de sueño alterado

Medical News Today informa que hasta el 75% de las personas con TDAH, especialmente aquellas con inicio en la infancia, pueden experimentar una alteración en su ritmo circadiano, lo que los convierte en “noctámbulos”. Estas personas tienden a sentirse más alertas por la noche, lo que les dificulta dormir temprano y, por ende, provoca somnolencia durante el día.

Además, la falta de control de los impulsos en el TDAH puede hacer que sea aún más difícil establecer una rutina adecuada para dormir. Las personas con este trastorno podrían acostarse más tarde, lo que afecta directamente la hora a la que se despiertan. Otros trastornos del sueño que comúnmente acompañan al TDAH incluyen la narcolepsia, la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y los desórdenes del ritmo circadiano, en los que los individuos pueden dormir y despertarse hasta dos horas más tarde de lo habitual.

Mejoras en la rutina de sueño

Aunque estas dificultades pueden parecer desalentadoras, hay ciertos ajustes en el estilo de vida que pueden mejorar la calidad del sueño en personas con TDAH. Reducir el consumo de cafeína y alcohol, evitar el uso de pantallas antes de acostarse y realizar ejercicio diario son algunas de las recomendaciones más eficaces para conciliar el sueño y hacer que las mañanas sean más manejables.

Si crees que podrías estar experimentando algunos de estos síntomas o estás considerando un diagnóstico de TDAH, lo más recomendable es buscar el consejo de un médico para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento necesario.

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Este síntoma matutino puede parecer un simple inconveniente, pero para quienes viven con TDAH, podría ser una señal reveladora de un trastorno mucho más profundo. Estar atentos a estos detalles puede marcar la diferencia para lograr un diagnóstico temprano y mejorar la calidad de vida.

Con información de Mirror.