Descubre Rapa Nui la isla más remota del Pacífico
El idioma rapanui comparte un 80% de palabras con otras lenguas polinesias.
Rapa Nui, conocida mundialmente como Isla de Pascua, es una de las islas habitadas más remotas del mundo. Este pequeño territorio en el Pacífico Sur, ubicado a más de cinco horas de vuelo del continente más cercano, es hogar de una rica cultura ancestral, una historia fascinante y desafíos contemporáneos que afectan tanto a sus habitantes como al medio ambiente. A pesar de su lejanía, esta isla ha sido testigo de la influencia colonial y moderna, mientras conserva con orgullo sus costumbres y tradiciones.
La población actual de Rapa Nui, que asciende a unos ocho mil habitantes, pertenece política y administrativamente a Chile desde 1888. Sin embargo, culturalmente, los Rapa Nui se sienten parte de una realidad muy distinta. Su idioma, sus creencias y sus costumbres tienen raíces profundas en la cultura polinesia, a la que pertenecen étnicamente. El idioma rapanui comparte un 80% de palabras con otras lenguas polinesias, y hoy en día sigue siendo ampliamente utilizado entre los locales.
Los moáis, las famosas esculturas de piedra volcánica que se alzan por toda la isla, son uno de los aspectos más conocidos de esta cultura. Aunque comúnmente se les percibe como simples cabezas, estas figuras representan algo mucho más profundo: son monumentos funerarios construidos en honor a los ancestros, y muchas de ellas incluyen cuerpos que han sido cubiertos por sedimentos a lo largo del tiempo. El traslado de estas imponentes esculturas sigue siendo un misterio, con teorías que van desde el uso de troncos y cuerdas hasta leyendas que sugieren que se movían por el poder espiritual conocido como mana.
Uno de los aspectos más sorprendentes de la vida en Rapa Nui es que los terrenos de la isla no son privados. Todos los habitantes son dueños de su tierra, heredada a lo largo de generaciones, lo que crea un sentido de propiedad colectiva. Los locales no pagan impuestos, ya que, según acuerdos históricos, los Rapa Nui mantienen el control de su tierra a pesar de la anexión política a Chile. Esto refuerza la fuerte conexión que los isleños tienen con su territorio, y contribuye a la preservación de su cultura y monumentos.
A pesar de ser un lugar paradisiaco, Rapa Nui enfrenta problemas graves relacionados con el medio ambiente, especialmente en lo que respecta a la acumulación de basura. La isla no solo lidia con sus propios residuos, sino también con la basura que llega desde otras partes del mundo, arrastrada por las corrientes oceánicas. Las playas de Rapa Nui están plagadas de microplásticos, lo que revela el impacto global de la contaminación. Cada año, la isla exporta alrededor de 300 toneladas de basura, un proceso complicado debido a su aislamiento geográfico. A pesar de estos desafíos, los habitantes han logrado mantener las calles relativamente limpias, en parte gracias a la cultura local de respeto por la tierra.
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El aislamiento también ha influido en el estilo de vida de los Rapa Nui, quienes viven de manera relajada y despreocupada. El consumo de marihuana es común y aceptado, formando parte de la rutina diaria, y contribuye a la atmósfera de tranquilidad que reina en la isla. Sin embargo, la religión cristiana sigue siendo importante, aunque se mezcla con las creencias y tradiciones locales, algo evidente en los cementerios, donde se pueden ver tumbas que combinan cruces cristianas con símbolos rapanui.
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Aunque Rapa Nui es un destino turístico atractivo, el turismo está cuidadosamente regulado. Solo hay un vuelo comercial diario a la isla, lo que limita el número de visitantes y ayuda a proteger los recursos naturales y culturales. Los moáis, que se encuentran dispersos por toda la isla, están bien preservados, y el respeto por estos monumentos es inculcado desde la infancia. A diferencia de otros lugares del mundo, aquí no se ven signos de vandalismo en las esculturas, lo que refleja el profundo sentido de respeto de los isleños por su herencia.