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El curioso caso del “árbol partido” que divide a un vecindario y se convierte en atracción turística en Inglaterra

Lo que pudo haber sido un simple altercado vecinal se viralizó cuando fotos del árbol empezaron a circular por redes sociales.

En un tranquilo barrio de Waterthorpe, Sheffield, un árbol de 25 años se ha convertido en el inesperado protagonista de una disputa vecinal y una atracción turística peculiar. Lo que alguna vez fue un abeto frondoso, ahora se erige como “el árbol partido”, tras ser cortado a la mitad debido a un desacuerdo entre vecinos.

Esta situación, que comenzó como una molestia por los excrementos de las aves que anidaban en el árbol, ha captado la atención de las redes sociales y de turistas que acuden para ver con sus propios ojos el peculiar espectáculo.

La disputa inició entre Bharat Mistry y sus vecinos, Irene y Graham Lee, quienes se cansaron de lidiar con la suciedad de los pájaros en su entrada. Tras varias propuestas fallidas para resolver el problema, los Lee decidieron actuar y contrataron a unos jardineros que cortaron las ramas del abeto que sobresalían hacia su propiedad. El resultado fue un árbol partido: un lado frondoso y el otro completamente desnudo, dando lugar a una imagen surrealista que ahora atrae a curiosos de todo el país.

Lo que pudo haber sido un simple altercado vecinal se viralizó cuando fotos del árbol empezaron a circular por redes sociales.

Las reacciones fueron variadas, desde incredulidad hasta humor, y el abeto pronto se convirtió en un símbolo de la fragilidad de las relaciones humanas y la testarudez. A medida que el árbol ganaba fama, decenas de personas comenzaron a visitar el barrio solo para ver el fenómeno y tomar fotografías, incluso obteniendo reseñas en Google Maps como si fuera una atracción turística oficial.

Aunque la disputa entre los vecinos sigue sin resolverse, el “árbol partido” se mantiene como un monumento involuntario a la falta de conciliación. Mientras los Mistry lamentan lo que quedó de su árbol, los Lee defienden su decisión, y el árbol sigue atrayendo a visitantes que no pueden evitar asombrarse ante esta curiosa representación de la discordia.

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