Conoce la Bóveda Global de Semillas que prepara a la humanidad para el fin del mundo
La instalación de la “Bóveda Global de Semillas de Svalbard“, también conocida como la ”Bóveda del Juicio Final”, ubicada en el Ártico, protege miles de variedades de cultivos alimentarios para enfrentar futuras crisis climáticas o desastres naturales.
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, situada en una isla remota del archipiélago noruego de Svalbard, cerca del Polo Norte, es un depósito de semillas cuyo objetivo es garantizar la seguridad alimentaria mundial en el futuro. Inaugurada en 2008, esta instalación alberga más de un millón de muestras de cultivos alimentarios de todo el mundo, desde variedades comunes como el trigo y el arroz, hasta especies autóctonas menos conocidas.
Este proyecto es una colaboración entre el gobierno de Noruega, el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos y el Centro Nórdico de Recursos Genéticos.
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Condiciones ideales de conservación
La bóveda está estratégicamente construida a más de 120 metros dentro de una montaña, aprovechando el permafrost del Ártico para mantener las semillas congeladas a una temperatura estable de -18 grados Celsius.
Esta ubicación no solo ofrece aislamiento, sino también protección contra desastres naturales como terremotos y aumentos en el nivel del mar. Si el sistema de refrigeración fallara, el entorno natural de la región actuaría como un mecanismo de respaldo, ayudando a conservar las semillas durante un periodo prolongado.
Un seguro para el futuro
El objetivo principal de la bóveda es servir como un seguro global contra la pérdida de biodiversidad agrícola debido a conflictos bélicos, desastres naturales o cambios climáticos extremos. En caso de que algún banco de semillas local sea destruido o sus muestras resulten inalcanzables, las semillas almacenadas en Svalbard podrán ser retiradas y utilizadas para regenerar cultivos esenciales en cualquier parte del mundo. De hecho, en 2015, Siria fue el primer país en retirar semillas de la bóveda tras la destrucción de su propio banco de germoplasma en Alepo.
Colaboración global y acceso universal
Una de las características más destacables de la bóveda es su carácter colaborativo e internacional. Los países y organizaciones de todo el mundo pueden enviar sus semillas a la bóveda sin costo alguno. Aunque las muestras se almacenan en Svalbard, los derechos de propiedad de las semillas permanecen en manos de quienes las envían, permitiendo que los países retiren sus muestras cuando lo consideren necesario
Un esfuerzo por preservar la diversidad
Preservar la diversidad genética de los cultivos es vital para enfrentar los desafíos que puedan surgir en el futuro, como el cambio climático o nuevas plagas que afecten la producción agrícola. La Bóveda Global de Semillas de Svalbard actúa como un recurso crucial en la lucha para proteger la seguridad alimentaria y la resiliencia de los sistemas agrícolas.
Capacidad de almacenamiento y futuro
Con capacidad para almacenar hasta 4.5 millones de variedades de semillas, esta instalación está preparada para proteger la mayor cantidad posible de especies de cultivos alimentarios. En la actualidad, alberga más de un millón de muestras de casi todos los países del mundo, y sigue recibiendo depósitos de nuevos bancos de semillas. Esto asegura que la biodiversidad de los cultivos permanezca intacta, incluso si ocurren desastres a nivel regional o global.
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