Descifrado del mapa más antiguo del mundo revela los secretos oscuros de la antigua Mesopotamia
La tablilla data de entre 2,600 y 2,900 años.
Un equipo de historiadores ha logrado un avance revolucionario al descifrar las inscripciones en una antigua tablilla babilónica, que se cree es el mapa más antiguo del mundo conocido. Este relicario, conocido como Imago Mundi, ha desbloqueado un mundo mítico de monstruos y criaturas que formaban parte de las creencias de esta civilización antigua.
La tablilla, que data de entre 2,600 y 2,900 años, muestra una representación circular del mundo tal y como lo concebían los antiguos habitantes de Mesopotamia, una región ubicada en lo que hoy conocemos como Medio Oriente. Este territorio, considerado por los babilonios como el centro del universo, se encontraba entre los ríos Tigris y Éufrates, una vasta área que comprendía toda su visión del mundo conocido.
El Imago Mundi, que fue descubierto en 1882 en la antigua ciudad de Sippar por el arqueólogo Hormuzd Rassam, permaneció durante más de un siglo oculto hasta que fue redescubierto en 1995. Hoy en día, se encuentra expuesto en el Museo Británico en Londres, donde ha sido objeto de un estudio intensivo.
La deidad y los monstruos en el centro de la creación
La clave del desciframiento ha permitido a los investigadores profundizar en las creencias religiosas y cosmológicas de los babilonios. Entre los hallazgos más notables se encuentra la mención del dios Marduk, una deidad suprema asociada con la creación del mundo. Marduk, venerado como dios de la justicia, la compasión y la magia, jugó un papel central en la mitología de esta civilización.
El mapa también describe criaturas míticas que habitaban el mundo más allá de Mesopotamia. Entre estas figuras se encuentran el “hombre escorpión” y Anzu, el ave con cabeza de león, criaturas que según las creencias babilónicas, poblaban las tierras lejanas e inexploradas.
Una visión limitada del mundo
El investigador del Museo Británico, el Dr. Irving Finkel, explica que la representación circular del mundo en el Imago Mundi incluye dos anillos concéntricos que rodean a Mesopotamia. Uno de ellos está etiquetado como “el río amargo”, un cuerpo de agua que, según los babilonios, delimitaba el mundo conocido. Para ellos, este río simbolizaba el límite más allá del cual se extendían tierras desconocidas y remotas, lo que sugiere una comprensión geográfica limitada, aunque avanzada para su época.
En la tablilla también se representan otros elementos geográficos como el río Éufrates, que atraviesa Mesopotamia de norte a sur y se une con el río amargo, delimitando aún más los confines del mundo. Las inscripciones en cuneiforme nombran varias regiones de interés, entre ellas Asiria, Der y Urartu, lo que ofrece una visión de las ciudades y pueblos que componían el entorno de los babilonios.
Uno de los aspectos más intrigantes del mapa es la representación de lo que el Dr. Finkel describe como “montañas” en los bordes del mapa, que posiblemente simbolizan tierras lejanas. Estas formaciones triangulares se encuentran en el borde derecho de la tablilla y, según los estudios, podrían ser una representación de montañas visibles más allá del horizonte, lo que indica que los babilonios tenían una noción del mundo más allá de sus fronteras inmediatas.
Las inscripciones también sugieren la existencia de criaturas míticas más allá de estas tierras. Desde caballos alados hasta serpientes marinas, la mitología babilónica describe una serie de seres que habitaban regiones fuera del alcance humano, añadiendo un aire de misterio y maravilla a su concepción del mundo.
El legado de una civilización avanzada
El desciframiento del Imago Mundi no solo ha arrojado luz sobre las creencias y mitologías de la antigua Mesopotamia, sino también sobre los logros de una civilización que fue líder mundial en arquitectura, matemáticas y astronomía. Los babilonios no solo desarrollaron un sistema avanzado de numeración, sino que también tenían teorías sobre los planetas y las estrellas que influyeron en generaciones posteriores de científicos y filósofos.
Con cada nuevo descubrimiento sobre esta tablilla, los investigadores continúan profundizando en los misterios de una civilización que, a pesar de los milenios transcurridos, sigue asombrando por su complejidad y conocimiento.
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El Dr. Finkel resume este hito arqueológico como:
una demostración triunfante de lo que sucede cuando un pequeño fragmento aparentemente inútil de escritura se une con algo mucho más grande, iniciando una nueva aventura que comienza de nuevo”.
Con información de Daily Express.