INAH encuentra un barco inglés perdido hace más de 200 años lleno de tesoros
Los arqueólogos creen que la tripulación intentó salvar la nave lanzando el ancla antes del hundimiento.
CIUDAD DE MÉXICO.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México realizó uno de los hallazgos más impresionantes de los últimos tiempos en las aguas de Quintana Roo. Arqueólogos subacuáticos de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) encontraron los vestigios de un barco inglés hundido hace más de 200 años. Este naufragio, bautizado como “Manuel Polanco”, en honor al pescador que lo localizó, revela valiosos objetos que arrojan luz sobre el pasado marítimo de la región.
Este descubrimiento es significativo no solo por su antigüedad, sino también por los elementos encontrados. Entre ellos destacan un ancla, un cañón de 2.5 metros de largo, y lingotes de hierro que se usaban como lastre en la nave. Estos objetos permiten a los arqueólogos recrear la historia del naufragio y ofrecen detalles importantes sobre las condiciones en las que ocurrió el incidente. La ubicación del barco, en la zona del Banco Chinchorro, una barrera de arrecifes de coral conocida como el “Quitasueños”, ha sido un factor clave en la conservación de estos restos.
Un hallazgo lleno de desafíos
Los investigadores creen que los tripulantes hicieron un último esfuerzo por salvar la embarcación lanzando el ancla para sujetarse a la barrera de coral antes de que el barco se hundiera. Sin embargo, las fuertes corrientes y la ausencia del casco de madera dificultan obtener más información sobre las dimensiones del velero y otros detalles. Solo los elementos sólidos, como los lingotes y el cañón, permanecen firmemente adheridos al arrecife, resistiendo el paso del tiempo.
Según la investigadora Laura Carrillo Márquez, de la SAS, el proceso de exploración del naufragio incluyó dos sesiones de buceo. Durante estas, se realizaron inspecciones detalladas y se localizó el sitio mediante GPS. Carrillo explicó que “solo permanecen los elementos sólidos, muy unidos al arrecife”, lo que ha permitido que se conserven de manera relativamente intacta.
Un legado cultural
El naufragio “Manuel Polanco” no es el único descubrimiento en la carrera del pescador que le da su nombre. En las décadas de los 60 y 70, Polanco ya había encontrado dos naufragios icónicos en la misma área, lo que lo llevó a colaborar estrechamente con arqueólogos y especialistas en la protección del patrimonio cultural sumergido. Su dedicación a la preservación de estos hallazgos ha sido fundamental para el trabajo de la arqueología subacuática en México.
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Gracias a estos esfuerzos, el INAH decidió renombrar el barco inglés como “Manuel Polanco”, en reconocimiento a su importante contribución a la arqueología subacuática. Este tipo de descubrimientos no solo enriquecen la comprensión histórica, sino que también resaltan la importancia de proteger el patrimonio cultural sumergido en las profundidades del mar.
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