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El famoso relato de “La Guerra de los Mundos”que marcó el Halloween de 1938

La noche del 30 de octubre de 1938, víspera de Halloween, los estadounidenses sintonizaron la CBS para escuchar lo que parecía ser un programa de entretenimiento.

El famoso relato de “La Guerra de los Mundos”que marcó el Halloween de 1938

La noche del 30 de octubre de 1938, víspera de Halloween, los estadounidenses sintonizaron la CBS para escuchar lo que parecía ser un programa de entretenimiento. Lo que no sabían era que ese episodio de “La guerra de los mundos” –una dramatización adaptada de la novela homónima de H.G. Wells– haría historia, generando uno de los momentos más polémicos y recordados de la radiodifusión. A pesar de la advertencia inicial de que se trataba de una ficción, la estructura del programa y la atmósfera de tensión lograron convencer a miles de personas de que Estados Unidos estaba siendo invadido por extraterrestres.

La historia detrás de la emisión

Orson Welles, apenas con 23 años, lideraba el Mercury Theatre on the Air, un espacio semanal de radio en el que adaptaba grandes obras literarias. En esa ocasión, junto a su equipo, transformó la Inglaterra victoriana de la novela en una invasión alienígena en Nueva Jersey, acercando la historia a sus oyentes para intensificar el dramatismo. Lo que al principio parecía una emisión de música fue interrumpido abruptamente por “reportes de última hora” que describían explosiones en Marte y objetos extraños acercándose a la Tierra.

El relato fue cuidadosamente diseñado, y Welles recreó cada paso de la invasión de manera tan vívida que parecía una cobertura en vivo. Las descripciones de “criaturas babeantes con tentáculos” que arrasaban con cualquier humano a su paso, acompañadas de gritos, sirenas y una voz de cronista jadeante, sumergieron a los oyentes en el pánico. La emisión, que duró 59 minutos, incluyó hasta un mensaje de un supuesto funcionario del gobierno, instando a los ciudadanos a “mantener la calma y cumplir con su deber”. Para cuando llegó el segundo aviso de que todo era ficticio, el caos ya se había apoderado de muchas personas.

¿Pánico colectivo o mito exagerado?

Al día siguiente, titulares como “Pánico en los oyentes por confundir una ficción con la realidad” del New York Times y “Una supuesta invasión marciana sumerge al país en el pánico” en The Boston Herald narraban la conmoción que había causado el programa. Las líneas telefónicas de CBS y las estaciones de policía se vieron colapsadas por personas desesperadas que buscaban ayuda y claridad.

Welles se mostró sorprendido ante la prensa tras la emisión, ya que ni él ni su equipo esperaban que el programa, basado en la novela de H.G. Wells, provocara semejante reacción. Sin embargo, esta dramatización se insertó en un contexto de medios de comunicación masivos que comenzaban a posicionarse como el “cuarto poder”. Según algunos estudios, como el ensayo El pánico marciano sesenta años después, del sociólogo Robert Bartholomew, la histeria colectiva fue en parte un mito creado por los mismos periódicos. Los medios escritos, que competían con la radio por el mercado de la publicidad, habrían magnificado el impacto para desacreditar a este nuevo medio.

El impacto en los medios y la cultura popular

A pesar de las controversias sobre la magnitud del pánico, lo ocurrido con “La guerra de los mundos” evidenció el poder de los medios de comunicación para influir en las masas. Aquella noche de Halloween, Orson Welles no solo entregó una ficción inolvidable; también demostró la capacidad de la radio para moldear la realidad y conmocionar a la sociedad. Desde entonces, la emisión de 1938 es recordada como un hito que reveló el potencial de la radio –y más tarde de los medios en general– para afectar la percepción pública, confirmándola como el “cuarto poder”.

Hoy, el término posverdad designa una distorsión de los hechos donde las emociones dominan la objetividad, fenómeno que comenzó a ser reconocido en 2016, cuando el diccionario de Oxford lo nombró “palabra del año”. En su ensayo Fake News: La Nueva Realidad, Esteban Illades advierte que el acceso ilimitado a la información hace que la verdad sea más difícil de discernir en un contexto de sobreinformación. El filósofo Byung-Chul Han también describe en El enjambre cómo el “síndrome de fatiga informativa” impacta a una sociedad saturada de contenido, facilitando la expansión de las fake news.

El fenómeno que inició como un problema limitado a los medios de comunicación tradicionales ha evolucionado con la expansión de las redes sociales, que se han convertido en terreno fértil para la desinformación sin regulación. Estas plataformas, sin intermediarios que garanticen la veracidad, permiten la propagación de noticias falsas que llegan a alcanzar a cientos de miles de personas, tal y como evidenció un estudio de la Universidad de Massachusetts.

La posverdad no solo distorsiona hechos aislados; afecta procesos políticos y erosionan la independencia periodística. Illades concluye que en este escenario “orwelliano”, la ética y el rigor periodístico parecen haber quedado en el olvido. Ante un desafío tan complejo, algunos expertos sugieren que la clave para combatir las fake news está en fortalecer la capacidad crítica del receptor, logrando que el conocimiento y la responsabilidad prevalezcan en un entorno saturado de información.

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En Grover’s Mill, Nueva Jersey, donde en la ficción se produjo el aterrizaje extraterrestre, se erigió un monumento que recuerda este peculiar episodio. Así, aunque nunca hubo invasión alienígena, la noche en la que Welles desdibujó la línea entre la realidad y la ficción perdura como uno de los grandes mitos de la historia de los medios de comunicación.

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