¿Qué es el pascal, el platillo de Día de Muertos en la Huasteca Hidalguense?
Aunque puede considerarse un pariente cercano del pipián, su consistencia es más líquida, y en lugar de pepitas, se utiliza ajonjolí tostado en su preparación.
En el corazón de la Huasteca Hidalguense, el Día de Muertos se celebra con una riqueza gastronómica que trasciende el mero acto de comer. Uno de los platillos más emblemáticos de esta festividad es el pascal, un guiso tradicional que no solo deleita el paladar, sino que también honra la memoria de los seres queridos que han partido.
El significado del pascal en el Día de Muertos
El Día de Muertos en México es una festividad que combina el respeto hacia los ancestros con la alegría de la celebración. Las ofrendas son un elemento central, y en ellas, la comida adquiere un papel fundamental. Cada platillo colocado en el altar tiene un significado especial y está destinado a honrar a aquellos que ya no están. En este contexto, el pascal se destaca como un símbolo de amor y recuerdo.
¿Qué es el pascal?
Definir el pascal puede resultar complicado, ya que su preparación presenta características que lo hacen único. Aunque puede considerarse un pariente cercano del pipián, su consistencia es más líquida, y en lugar de pepitas, se utiliza ajonjolí tostado en su preparación. Se sirve típicamente con pollo o pavo, y a veces carne de res, cubierto con una salsa ligera a base de ajonjolí y chiles secos.
La clave del pascal radica en el equilibrio de sus ingredientes. La salsa debe mantenerse líquida, lo que permite que el sabor del ajonjolí resalte sin ser abrumador. El nivel de picante también debe ser sutil, de modo que complemente, en lugar de eclipsar, los demás sabores. Este guiso se acompaña tradicionalmente de frijoles de la olla y tortillas de maíz calientes, creando una experiencia culinaria completa.
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Durante el Día de Muertos, las ofrendas se llenan de platillos que representan los gustos de los difuntos. Se cree que sus almas regresan para disfrutar de los sabores y aromas que tanto amaron en vida. Así, cada platillo colocado en el altar es un mensaje de amor y un recordatorio de la conexión entre los vivos y los muertos.
Su elaboración, aunque laboriosa, fomenta la convivencia y la transmisión de técnicas culinarias ancestrales.
En definitiva, conocer y degustar el pascal es una forma de acercarse a la riqueza culinaria de México y de celebrar una de las tradiciones más significativas del país.
Con información de Gourmet de México.
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