La razón repulsiva por la que los humanos empezaron a besarse, y no tiene nada que ver con el amor
Un estudio reciente sugiere que el beso humano tiene orígenes evolutivos ligados a prácticas de aseo entre primates.
CIUDAD DE MÉXICO.- Un nuevo estudio publicado este mes revela una teoría interesante sobre los orígenes del beso en los humanos, sugiriendo que esta práctica podría tener raíces evolutivas y no simplemente ser una muestra de afecto. La investigación, dirigida por Adriano R. Lameira, profesor asociado de psicología en la Universidad de Warwick en Inglaterra, sugiere que el beso fue en sus inicios una técnica de aseo para limpiar a otros de parásitos.
Según el investigador, el beso humano podría haberse desarrollado a partir de un método de aseo usado por primates, quienes utilizan sus labios para succionar residuos, piel muerta o parásitos del pelaje de otros. Este comportamiento, observó Lameira, no se trataba de una muestra de afecto en sí misma, sino de un acto de supervivencia y cuidado que era fundamental para la higiene en ambientes donde la carga parasitaria era elevada.
La evolución del beso
A medida que los humanos evolucionaron y desarrollaron menos vello corporal, la necesidad de esta forma de aseo disminuyó, lo que llevó al acto de besar a adoptar otros significados. Lo que una vez fue una acción para eliminar parásitos se transformó en un símbolo de conexión social, ya que la proximidad física y el contacto boca a boca comenzaron a interpretarse como una muestra de confianza y afiliación.
Lameira señala que el primer registro de los humanos besándose aparece en textos mesopotámicos alrededor del año 2500 a.C., lo que indica que la práctica de besar ya había tomado un lugar en la interacción social de nuestras primeras civilizaciones. La evolución cultural transformó el acto de besar en una conducta más compleja, que adquirió diferentes significados según el contexto y la sociedad.
El beso como símbolo de afecto
En cuanto a cómo el beso se convirtió en una muestra de afecto romántico o sexual, Lameira admite que aún quedan preguntas sin responder. Aunque el beso llegó a simbolizar afecto y confianza, el investigador subraya que el “beso con intención sexual” es una evolución particular de esta conducta y que se requiere más investigación para entender cómo y cuándo este gesto se asoció con la atracción sexual.
Hoy en día, el beso es considerado un símbolo de confianza y afiliación, una señal que transmite emociones profundas y que está sujeta a normas sociales. Según Lameira, pocos gestos humanos naturales llevan consigo tanta carga simbólica y sanción social como el beso, lo cual resalta su importancia en la interacción humana moderna.
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