Descubre la impactante historia del “Hombre Árbol” y su increíble lucha por sobrevivir
A lo largo de los años, las verrugas de Abul han crecido hasta el punto de convertir sus manos y pies en extremidades prácticamente inmóviles que pesan casi cinco kilos en total.
Abul Bajandar, conocido mundialmente como el “Hombre Árbol” de Bangladés, lleva años enfrentando una batalla que parece interminable. Todo comenzó hace más de una década, cuando pequeñas verrugas comenzaron a aparecer en sus manos. Lo que en un inicio parecía una condición leve pronto se transformó en algo aterrador. Hoy, a sus 33 años, Abul vive con una enfermedad rara conocida como epidermodisplasia verruciforme, una afección genética extremadamente poco común que afecta a menos de 300 personas en el mundo.
¿Qué es la epidermodisplasia verruciforme?
La epidermodisplasia verruciforme es una condición genética causada por una mutación en genes específicos (EVER1/TMC6 y EVER2/TMC8) que controlan la respuesta inmunitaria ante el virus del papiloma humano (VPH). Este trastorno hace que las verrugas crezcan sin control, tomando una forma que asemeja la corteza de un árbol. En personas con un sistema inmune sano, las infecciones por VPH suelen ser temporales y asintomáticas, pero en casos como el de Abul, el virus toma control, cubriendo las extremidades con verrugas masivas.
A lo largo de los años, las verrugas de Abul han crecido hasta el punto de convertir sus manos y pies en extremidades prácticamente inmóviles que pesan casi cinco kilos en total. Esta situación lo ha dejado sin posibilidad de trabajar y dependiente del apoyo de su madre y su esposa para las tareas más básicas, como comer o asearse. El dolor constante, que empeora con el movimiento, se ha convertido en una barrera diaria, afectando tanto su salud física como mental.
Abul ha pasado por 25 cirugías en el Hospital Universitario de Daca, que se convirtieron en su hogar durante dos años. Aunque en algún momento los médicos lo declararon “curado”, la enfermedad regresó con fuerza. Actualmente, Abul se enfrenta nuevamente al dolor y la frustración, llegando incluso a solicitar que le amputen las manos para aliviar su sufrimiento. “Ya no soporto el dolor”, declaró en una ocasión. Su madre, quien ha sido un pilar de apoyo en esta lucha, respalda la decisión de su hijo, considerando que, al menos, le daría un respiro.
La enfermedad que no tiene cura
Hasta el día de hoy, no existe un tratamiento definitivo para la epidermodisplasia verruciforme. Los médicos pueden extirpar las verrugas mediante cirugías, pero el virus permanece en el cuerpo y provoca que las protuberancias vuelvan a aparecer. Aunque existen opciones experimentales, los costos y la incertidumbre limitan las posibilidades para pacientes como Abul, quien recientemente solicitó ayuda para tratarse en el extranjero, sin los recursos económicos para hacerlo posible.
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El caso de Abul Bajandar ha resonado alrededor del mundo, gracias a medios locales y agencias de noticias internacionales que han dado visibilidad a su historia. La rara condición de Abul, junto a la determinación de él y su familia, ha generado un interés global por entender y encontrar soluciones para esta enfermedad. Sin embargo, el camino es incierto, y la lucha de Abul y de su familia continúa.
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