Armonías de luz y fe en Música Sacra de Edward Okun

Música Sacra, titulada originalmente Święta muzyka, es una obra que cautiva desde el primer vistazo. Con técnica al óleo sobre un lienzo de dimensiones generosas (125,5 x 80 cm), este cuadro forma parte de una colección particular y lleva la firma del célebre pintor polaco Edward Okun, destacado representante del Art Nouveau.

La obra se presenta como una alegoría de la música sacra, aquella creada para contextos religiosos, desde el canto gregoriano hasta géneros modernos como el gospel. Sin embargo, Okun no solo rinde homenaje al sonido celestial, sino que explora su obsesión por plasmar la música en imágenes, un tema recurrente en su producción artística.

Contexto y simbolismo

En Música Sacra, Okun nos traslada a una iglesia donde una joven toca el armonio bajo la luz de un vitral lleno de colores vibrantes. Detrás de ella, dos ángeles en la vidriera parecen observarla. La luz que atraviesa el vidrio otorga un halo luminoso alrededor de su cabeza, como si la música que crea la santificara.

Es tentador pensar que esta joven podría ser Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Pero en realidad, el modelo de Okun fue su esposa Zofia, su musa y protagonista en varias de sus obras. Su presencia aporta una dimensión más íntima y personal al cuadro, equilibrando lo celestial con lo humano.

La música como inspiración visual

Edward Okun ya había explorado la representación de la música en cuadros como Filisteos, donde un violinista transforma el ruido en belleza, y Cuatro cuerdas del violín, donde personifica las notas musicales. En Música Sacra, el pintor subraya la relación entre la música y la espiritualidad, fusionando colores y luz en una composición que parece resonar en silencio.

La obra no solo invita a contemplar, sino también a reflexionar sobre la capacidad de la música para trascender lo mundano. Okun convierte un momento aparentemente cotidiano, como el acto de tocar un instrumento, en un símbolo de conexión divina.

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Música Sacra es, en definitiva, una obra que no solo celebra la música en su dimensión espiritual, sino que también rinde homenaje a las figuras que inspiran y crean belleza, como Zofia para Edward Okun. Una pequeña oración hecha arte.

Con información de HA!