Los sorprendentes trucos de los animales para sobrevivir al invierno
Estas fascinantes adaptaciones no solo reflejan la resistencia de los animales, sino también su vulnerabilidad frente a los cambios en su hábitat.
El invierno es una época desafiante para los animales que no tienen la opción de encender una calefacción o ponerse un abrigo. Sin embargo, han desarrollado estrategias asombrosas y creativas para resistir las bajas temperaturas. Desde refugiarse bajo la nieve hasta crear antifreeze natural en sus cuerpos, la naturaleza muestra su ingenio en cada rincón.
Arañas que desafían al frío
Mientras que muchas especies parecen desaparecer en invierno, algunas arañas permanecen activas bajo la superficie. Especies como las arañas lobo excavan refugios en el suelo, debajo de hojas o dentro de troncos caídos. Según George Uetz, ecólogo del comportamiento en la Universidad de Cincinnati, el ambiente bajo la nieve o hielo, conocido como el espacio subniveano, puede ser unos grados más cálido que la superficie congelada, permitiendo que las arañas y otros insectos se mantengan activos.
Además, algunas arañas tejen capullos especiales para proteger sus huevos con capas de seda aislante, y otras producen compuestos similares al antifreeze en sus cuerpos para evitar congelarse por completo.
Tortugas que “respiran” bajo el agua
Las tortugas tienen su propia manera de resistir el frío extremo. Mientras algunas, como las tortugas de caja orientales, entran en brumación (una especie de hibernación), otras, como las tortugas pintadas, pasan el invierno en el fondo de lagos o estanques. Aunque normalmente respiran aire, en invierno logran absorber oxígeno directamente del agua mediante vasos sanguíneos especializados en su piel, boca e incluso en su cloaca.
Si el oxígeno escasea, estas tortugas recurren a un metabolismo anaeróbico, que genera ácido láctico. Para contrarrestarlo, usan calcio de sus caparazones, un truco sorprendente para sobrevivir.
Abejas que calientan su colmena
Las abejas europeas tienen una estrategia colaborativa: forman un “enjambre calefactor” dentro de la colmena. En este apretado grupo, las abejas exteriores actúan como una manta que mantiene la temperatura por encima de los 10°C. Las abejas rotan posiciones para que todas se mantengan activas y vivas durante los meses fríos.
Para lograrlo, planifican con meses de anticipación, almacenando hasta 40 kilos de miel en verano, su fuente de energía para el invierno.
Ardillas listadas y su refugio subterráneo
Los chipmunks, pequeños roedores de la familia de las ardillas, pasan el invierno en madrigueras elaboradas que incluyen túneles y cámaras llenas de alimentos como semillas y nueces. Durante días permanecen en un estado de torpor, reduciendo su ritmo cardíaco y temperatura corporal para ahorrar energía, pero despiertan periódicamente para alimentarse y usar un área designada como “baño”.
Las aves migratorias, en busca de calor
Más del 70 % de las aves de jardín en Estados Unidos y Canadá migran hacia el sur en invierno, según Jill Deppe, de la Sociedad Nacional Audubon. Aunque no todas las personas identifican las especies, es fácil notar que los patios traseros se vuelven más silenciosos durante esta época.
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Estas fascinantes adaptaciones no solo reflejan la resistencia de los animales, sino también su vulnerabilidad frente a los cambios en su hábitat. El estudio de estas estrategias nos recuerda la importancia de proteger los ecosistemas para preservar estas asombrosas formas de vida.
Con información de Natgeo.
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