¿Por qué conversar sobre un tema podría ser más importante que un examen?
Alternativas como la conversación fomentan la reflexión, la interdisciplinariedad y la inclusión de múltiples perspectivas.
CIUDAD DE MÉXICO.- La llegada del día del examen suele venir acompañada de nervios y cuestionamientos. Para muchos, esta herramienta de evaluación se percibe como un trámite que poco contribuye al aprendizaje, pues el conocimiento memorizado se olvida con rapidez. Pero, ¿es el examen en sí mismo el problema? Según expertos como Jesús Ibáñez, destacado sociólogo español, el formato tradicional del examen limita la capacidad crítica y creativa de los estudiantes, quienes se ven obligados a ajustarse a un conjunto predeterminado de respuestas.
La película El club de los poetas muertos ilustra esta crítica al mostrar cómo un profesor desafía a sus alumnos a romper esquemas, promoviendo la individualidad y la libertad de expresión. En esta línea, Ibáñez señala que los exámenes tradicionales homogeneizan y sofocan la diversidad de pensamiento, marcando un “ritmo uniforme” que no favorece la innovación ni el pensamiento crítico.
Creatividad frente a uniformidad
Aunque existen diferentes tipos de exámenes, desde análisis de textos hasta problemas matemáticos, muchos comparten una característica clave: la falta de apertura. La mayoría no permite a los estudiantes replantear preguntas ni reflexionar más allá de las respuestas correctas establecidas, lo que empobrece el proceso educativo. Esta ausencia de problematización, advierten los expertos, restringe la capacidad de cuestionar las verdades asumidas, una habilidad crucial tanto dentro como fuera del aula.
En contraste, se plantea un enfoque alternativo: la conversación. Este método, en palabras del filósofo Kant, es un fin en sí mismo, caracterizado por su apertura, falta de jerarquías y posibilidad de explorar ideas sin un guion fijo. A diferencia del examen tradicional, que excluye opciones, la conversación integra perspectivas diversas y fomenta la creatividad.
El pódcast como herramienta educativa
Una propuesta innovadora para reemplazar o complementar los exámenes tradicionales es el uso del pódcast como instrumento de evaluación. Este formato combina la espontaneidad de la conversación con objetivos educativos claros. Los estudiantes pueden trabajar en grupos para elegir un tema, grabar una conversación sobre este y conectar sus ideas con otros temas de interés. Así, se evalúan tanto los contenidos académicos como habilidades transversales como la escucha activa y el respeto a los turnos de palabra.
Además, el uso del pódcast permite incorporar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el aula, facilitando el aprendizaje interdisciplinario. Este modelo no solo promueve una participación más activa, sino que también fomenta la autoevaluación y la coevaluación, haciendo del aprendizaje un proceso colaborativo.
En conclusión, aunque los exámenes tradicionales siguen siendo parte del sistema educativo, explorar alternativas como la conversación y herramientas innovadoras como el pódcast puede enriquecer la experiencia de aprendizaje. Estas propuestas invitan a repensar la evaluación, priorizando la creatividad, el pensamiento crítico y la conexión con el mundo real.
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