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Reflexión de Antonio García Villarán sobre el famoso plátano pegado a la pared y el “hamparte” en el arte contemporáneo

“Comedian”: La obra polémica de 2019 que sacudió el mundo del arte.

Reflexión de Antonio García Villarán sobre el famoso plátano pegado a la pared y el “hamparte” en el arte contemporáneo

En los últimos años, una de las obras de arte más comentadas y polémicas en el circuito artístico ha sido un simple plátano pegado a la pared con cinta adhesiva, titulado “Comedian”, del artista Maurizio Cattelan. Esta pieza, presentada en la Art Basel de 2019, no solo dejó perplejos a los visitantes de la feria, sino que también generó una reflexión sobre el valor del arte contemporáneo y su relación con la técnica publicitaria. Es aquí donde el crítico de arte Antonio García Villarán ofrece una visión esclarecedora al vincular esta obra con el concepto de “hamparte”, un término que él mismo ha popularizado para describir aquellas piezas que provocan más por su falta de sentido o su simplicidad que por su profundidad técnica.

“Comedian”: más que un plátano

La obra de Cattelan, a primera vista, parece desafiar todas las convenciones del arte tradicional: un plátano, un elemento cotidiano y trivial, pegado a la pared con cinta adhesiva. Sin embargo, esta pieza generó un torrente de discusiones sobre lo que constituye el arte contemporáneo y el papel del mercado en su valorización. A lo largo de los meses posteriores a su exposición, la pieza no solo fue objeto de debates sobre su significado, sino que también alcanzó cifras astronómicas en términos de venta, lo que llevó a muchos a cuestionar si el arte realmente reside en el objeto o en la historia y la comercialización que lo acompaña.

El concepto de “hamparte” en acción

Antonio García Villarán, en su análisis sobre obras de arte contemporáneo como esta, propone que “Comedian” encarna el fenómeno del “hamparte”: un arte que juega con lo absurdo y lo trivial para generar una reacción. Villarán afirma que el “hamparte” se basa en una provocación que invita a reflexionar sobre los límites del arte, cuestionando las expectativas del espectador y lo que la sociedad está dispuesta a aceptar como valioso. Según él, este tipo de obras no buscan ofrecer una profunda reflexión estética, sino más bien jugar con el absurdo, lo que genera controversia y, a menudo, se traduce en viralización mediática.

El plátano de Cattelan, para muchos, no es más que un objeto cotidiano que, por su simpleza, no podría considerarse una obra de arte en un sentido tradicional. Sin embargo, lo que realmente marca la diferencia es el contexto en el que se presenta, el aura mediática que lo rodea, y el debate generado sobre su autenticidad. Aquí es donde el “hamparte” toma sentido: en lugar de presentar un objeto artístico con una profunda carga conceptual, Cattelan explora los límites del arte mediante la banalidad y la provocación.

La técnica publicitaria y la viralización

Además de la provocación estética, Villarán resalta el uso de la técnica publicitaria en este tipo de arte. En la era digital, las redes sociales se convierten en un canal crucial para la viralización de este tipo de obras. El plátano pegado a la pared no solo se vendió como una pieza de arte en una feria de alto perfil, sino que también se convirtió en un fenómeno mediático. Su imagen fue compartida ampliamente en internet, lo que aumentó su valor simbólico y comercial.

El arte contemporáneo, según Villarán, se ha transformado en una especie de “producto publicitario” que se alimenta de la visibilidad que adquiere en los medios. El plátano de Cattelan ejemplifica cómo una obra de arte puede trascender su propio contenido y convertirse en un producto que genera conversación, provoca reacciones y, finalmente, se posiciona en el mercado como una pieza valiosa, sin necesidad de tener un mensaje profundo o una técnica impecable.

Reflexión final: El arte como fenómeno cultural

Al final, Villarán sugiere que, aunque el “hamparte” pueda parecer una burla hacia el mundo del arte tradicional, es una manifestación legítima del arte contemporáneo. Este tipo de piezas no buscan desafiar las habilidades técnicas del artista, sino cuestionar el sistema que otorga valor al arte, la cultura de consumo y el impacto de la publicidad en las decisiones del público. El plátano pegado a la pared, en su aparente simplicidad, obliga a los espectadores a reconsiderar qué es el arte y por qué ciertas obras adquieren un valor exorbitante.

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Por lo tanto, la pieza de Cattelan no es solo un plátano pegado a la pared, sino una reflexión sobre el arte, el mercado, los medios y el “hamparte” como una corriente que refleja la era digital y sus dinámicas comerciales. En este sentido, es una obra que, aunque polémica, refleja a la perfección las tensiones y paradojas del arte contemporáneo.

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