Osos de anteojos descubiertos apareándose en árboles sorprenden a la ciencia

El comportamiento de los osos de anteojos u osos de antifaz ha sido documentado en los Andes de Perú: estas criaturas se aparean en las copas de los árboles. Este descubrimiento fue posible gracias a las cámaras instaladas en collares especiales desarrollados por National Geographic, que permitieron a los científicos observar de cerca aspectos desconocidos de la vida de estos animales.

Ruthmery Pillco Huarcaya, ecóloga de vida silvestre y exploradora de National Geographic, lideró la investigación y se mostró asombrada al revisar las imágenes.

Nunca imaginamos encontrar algo tan sorprendente. Cada video nos mostró una faceta nueva y emocionante de esta especie”, comenta Pillco.

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Durante cuatro meses, un oso macho llamado Chris capturó en video aspectos únicos de su vida diaria, como nadar, alimentarse de ortigas y frutas, y una práctica inusual conocida como geofagia, que implica consumir arcilla. Sin embargo, lo más destacado ocurrió en diciembre de 2023, cuando Chris comenzó a interactuar con una osa en los registros.

Por una semana, las cámaras documentaron cómo ambos compartían tiempo juntos, dormían en la misma área y, finalmente, se aparearon. Lo extraordinario fue que el acto tuvo lugar en lo alto de los árboles, un comportamiento que nunca antes había sido observado en ningún oso.

Diseñados para la vida en las alturas

Los osos de anteojos tienen características únicas que los convierten en expertos escaladores. Sus patas traseras más fuertes, garras curvas y la capacidad de construir plataformas en los árboles los adaptan perfectamente a un entorno arbóreo. Sin embargo, que este tipo de actividad reproductiva ocurra en las alturas es una novedad absoluta.

“Sabíamos que podían vivir en los árboles, pero nunca habíamos registrado algo como esto”, explica Ximena Velez-Liendo, experta en conservación de osos de anteojos. Este comportamiento refuerza la necesidad de proteger los ecosistemas boscosos donde estos animales desarrollan gran parte de su vida.

Otros comportamientos inesperados

Además de la reproducción, los registros revelaron datos inéditos, como el consumo de un mono lanudo, algo extremadamente raro en cualquier especie de oso. También se observó un posible caso de “infanticidio”, relacionado quizás con estrategias reproductivas de los machos para inducir a las hembras a entrar en celo.

“Los árboles no solo son su refugio, son la clave para su supervivencia”, enfatiza Pillco.

Con información de Natgeo.