Escuchar música puede cambiar la forma en que se recuerdan las experiencias pasadas, revela una investigación

CIUDAD DE MÉXICO.- Escuchar una canción no solo activa los oídos, sino también las áreas del cerebro relacionadas con las emociones y la memoria. El hipocampo, clave para almacenar y recuperar recuerdos, se sincroniza con la amígdala, la región cerebral que gestiona las emociones. Esta conexión es la razón por la que ciertas melodías no solo evocan imágenes del pasado, sino que también reavivan las emociones asociadas a esos momentos.

Sin embargo, una investigación reciente ha revelado que la música no solo evoca recuerdos, sino que también puede modificarlos. Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia y la Universidad de Colorado Boulder, liderado por el psicólogo Martin Dimitrov, estudió cómo la música podría alterar el contenido emocional de los recuerdos ya almacenados. La clave está en la “reactivación de la memoria”, un proceso que permite que los recuerdos sean maleables mientras se recuerdan.

Para comprobar esta hipótesis, se diseñó un experimento de tres días. Los participantes memorizaban historias neutrales, las recordaban al día siguiente mientras escuchaban música positiva o negativa, y al tercer día las rememoraban sin música. Los resultados mostraron que las emociones evocadas por la música podían influir en la forma en que se recordaban las historias, convirtiendo recuerdos neutrales en positivos o negativos, según la música de fondo.

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Los efectos de la música en la memoria emocional

Los escáneres cerebrales realizados durante el experimento arrojaron resultados reveladores. Se observó una mayor actividad en el hipocampo y la amígdala, las áreas responsables de la memoria emocional, cuando los participantes escuchaban música mientras recordaban. Esta actividad cerebral sugiere que la música no solo reactiva los recuerdos, sino que también permite la incorporación de nuevas emociones en ellos.

El fenómeno es similar al uso de bandas sonoras en las películas. Las escenas de una película pueden percibirse de forma más intensa, alegre o triste dependiendo de la música de fondo. En este caso, los recuerdos reales de los participantes fueron alterados de forma similar, con una diferencia fundamental: la transformación ocurrió en la memoria personal de cada individuo.

Los investigadores también observaron una fuerte conexión entre las regiones cerebrales que procesan los recuerdos emocionales y aquellas que se encargan del procesamiento sensorial visual. Esto sugiere que la música no solo afecta las emociones, sino que también influye en la forma en que se visualizan los recuerdos, añadiendo detalles sensoriales que antes no estaban presentes.

Implicaciones para la salud mental y la vida cotidiana

Los hallazgos de esta investigación abren nuevas perspectivas en el campo de la salud mental. Las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) o depresión, cuyos recuerdos negativos suelen ser persistentes y difíciles de modificar, podrían beneficiarse de técnicas basadas en la música. Escuchar canciones emocionalmente positivas mientras se recuerdan experiencias dolorosas podría ayudar a reinterpretarlas desde una perspectiva más favorable, reduciendo su impacto emocional.

Además, en la vida cotidiana, este descubrimiento invita a reflexionar sobre el tipo de música que se elige para acompañar las experiencias diarias. Las canciones que escuchamos mientras vivimos ciertos momentos pueden influir en la forma en que los recordaremos en el futuro. Al igual que una lista de reproducción cuidadosamente elegida para una fiesta puede definir el recuerdo de esa noche, la música que se escucha en la vida diaria podría ser la “banda sonora” que da forma a los recuerdos.

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En definitiva, esta investigación pone de relieve el papel de la música como herramienta para la modificación de la memoria emocional. Los recuerdos, al igual que una canción favorita, pueden ser remezclados y reimaginados, abriendo nuevas posibilidades para el bienestar emocional y la salud mental.