Oymyakon: El pueblo más frío del planeta y su forma de sobrevivir
Esta región permanece congelada casi todo el año y registra temperaturas que pueden alcanzar los -71,2 °C.
En el extremo este de Siberia, Rusia, existe un lugar que desafía cualquier noción de habitabilidad: Oymyakon, un pequeño pueblo con poco más de 900 habitantes que ostenta el título del lugar habitado más frío del mundo. Paradójicamente, su nombre significa “agua que no se congela”, en referencia a las aguas termales cercanas. Sin embargo, esta región permanece congelada casi todo el año y registra temperaturas que pueden alcanzar los -71,2 °C.
Un récord de frío y supervivencia
La vida en Oymyakon está marcada por extremos. Durante los meses de invierno, las temperaturas medias rondan los -62 °C, y la luz solar apenas se extiende por seis horas al día. En el invierno más crudo registrado, en 1924, los termómetros marcaron -72 °C. Estas condiciones son tan severas que incluso actividades cotidianas como salir a la calle pueden ser mortales si no se toman las precauciones adecuadas.
Para evitar que los motores de los vehículos se congelen —lo que ocurre al superar los -20 °C—, los pobladores resguardan los autos en espacios con calefacción especial. Lo mismo ocurre con electrodomésticos y herramientas, que requieren condiciones controladas para seguir funcionando.
Una economía basada en la minería
Históricamente, Oymyakon era habitado por grupos nómadas que se desplazaban con renos y vivían de la caza. Sin embargo, en el siglo XX, la Unión Soviética impulsó la minería como actividad principal para estabilizar la población en la región. Hoy en día, los habitantes dependen de la extracción de oro y antimonio, materiales escasos que son esenciales para la creación de energías renovables.
Adaptaciones al frío extremo
La dieta en Oymyakon refleja las limitaciones impuestas por su clima: está basada exclusivamente en carne y pescado, ya que el cultivo de vegetales es imposible. Nadie pasa más de 20 minutos al aire libre, y quienes trabajan fuera lo hacen en turnos cortos para evitar riesgos. Incluso tareas tan simples como cavar una tumba requieren encender hogueras para derretir el suelo helado antes de usar picos y palas.
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A pesar de las dificultades, los habitantes cuentan con una central térmica que les proporciona calefacción gratuita, mientras que las aguas termales locales garantizan el suministro de agua líquida.
Turismo en el hielo
Curiosamente, Oymyakon atrae a turistas de todo el mundo que desean experimentar su clima extremo y conocer el estilo de vida único de sus habitantes. El paisaje gélido y las historias de resistencia humana son parte del atractivo de este remoto lugar, donde el frío extremo es tanto un desafío como un símbolo de la tenacidad humana.
Con información de Natgeo.
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