¿Por qué hay personas que piden perdón todo el tiempo? Esto dice la psicología
Pedir perdón puede reflejar humildad, pero hacerlo de forma excesiva debilita la autoestima y proyecta inseguridad, según el psicólogo Fernando Azor.
CIUDAD DE MÉXICO.- Pedir perdón es un acto común en la interacción humana, pero su significado va más allá de la simple disculpa. La psicología, como ciencia que estudia el comportamiento humano, ha identificado que este gesto puede reflejar tanto madurez y humildad como inseguridad o baja autoestima. Según el psicólogo Fernando Azor, el exceso de disculpas puede debilitar la autoestima y generar una imagen de sumisión ante los demás.
Azor, reconocido por su canal de YouTube enfocado en temas psicológicos, explica que pedir perdón de forma constante deslegitima el acto de reconocer un error. La persona que lo recibe puede percibir las disculpas como poco sinceras, lo que debilita la relación interpersonal. Además, este comportamiento puede estar relacionado con la autoexigencia, ya que quien se disculpa de forma recurrente asume culpas que, muchas veces, exceden su responsabilidad.
Culpa real vs. culpa irracional
El análisis de la psicología distingue entre dos tipos de culpa que explican por qué las personas piden perdón. La “culpa real” surge cuando una persona reconoce un error objetivo y busca repararlo con una disculpa. Este tipo de culpa se asocia con la responsabilidad y la empatía. Por otro lado, la “culpa irracional” proviene de inseguridades o creencias limitantes, donde la persona asume responsabilidades que no le corresponden. Este tipo de culpa puede afectar la autoestima y la salud emocional.
Fernando Azor resalta que hay situaciones donde pedir perdón no es necesario, pero muchas personas lo hacen por hábito o inseguridad. Tres momentos clave en los que no se debe pedir disculpas, según el experto, son: al pedir ayuda, al defender una opinión y al afirmar una verdad con evidencia. En estos casos, disculparse genera una percepción de inferioridad y resta fuerza al mensaje.
El afán de “tener siempre la razón”
Otra conducta que la psicología examina es la necesidad de “tener siempre la razón”, un comportamiento que también puede afectar la salud emocional y las relaciones sociales. De acuerdo con la psicóloga Lucía Gómez, esta actitud está ligada a factores emocionales y psicológicos, como la inflexibilidad cognitiva. Este rasgo impide a la persona considerar otras perspectivas y la predispone a los conflictos.
La inflexibilidad cognitiva hace que la persona adopte una postura dogmática, resistiéndose a modificar sus creencias, aun cuando se le presenten pruebas contrarias. Gómez destaca que esta actitud podría tener origen en experiencias traumáticas del pasado, como castigos por errores cometidos. La falta de apertura al cambio no solo dificulta el aprendizaje, sino que también afecta la convivencia social.
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En conclusión, tanto el acto de pedir perdón como la necesidad de tener siempre la razón reflejan dinámicas emocionales y psicológicas complejas. La psicología permite comprender que, si bien disculparse muestra humildad, hacerlo en exceso puede afectar la autoestima. Del mismo modo, la rigidez cognitiva y la necesidad de imponerse en la razón evidencian conflictos internos no resueltos. Estos comportamientos, cuando se vuelven recurrentes, merecen una reflexión profunda para alcanzar una mejor salud emocional.
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