Más de dos tercios de los adolescentes en EU no beben, fuman ni usan marihuana, pero este vicio está ganando terreno: encuesta

CIUDAD DE MÉXICO.- Un reciente informe nacional ha revelado un cambio significativo en los hábitos de consumo de sustancias entre los adolescentes de Estados Unidos. Según la encuesta “Monitoring the Future”, que se basa en las respuestas de 24,000 estudiantes de los grados 8, 10 y 12, aproximadamente dos tercios de los estudiantes de último año de preparatoria han evitado el consumo de alcohol, marihuana y tabaco en el último mes. Este hallazgo marca el porcentaje más alto de adolescentes sobrios desde que la encuesta comenzó a realizarse en 2017.

Aún más sorprendente es el comportamiento de los estudiantes de menor edad, ya que un 80% de los estudiantes de décimo grado y un 90% de los de octavo grado no han consumido alcohol ni drogas en el último mes. Esto refleja una tendencia general de abstención que parece ser un efecto duradero de la pandemia de COVID-19, que limitó las reuniones sociales y redujo la presión de grupo que tradicionalmente impulsa el consumo de sustancias entre los jóvenes.

La excepción: el aumento de los productos de nicotina

Aunque la mayoría de los adolescentes ha abandonado las sustancias tradicionales, los productos de nicotina, especialmente los “pouches” o bolsitas de nicotina como la marca Zyn, han mostrado un aumento en su uso. Según la encuesta, el porcentaje de estudiantes de último año que usaron estos productos aumentó del 3% en 2023 al 6% en 2024. Este incremento, aunque modesto, es la única excepción en un panorama general de disminución del consumo de sustancias ilícitas.

Los investigadores sugieren que este aumento puede estar relacionado con la creciente disponibilidad y promoción de productos de nicotina en forma de pouches, que son percibidos por algunos adolescentes como una alternativa más discreta y menos dañina que fumar cigarrillos. Sin embargo, los datos muestran que esta tendencia es aún pequeña en comparación con la caída general en el consumo de otras sustancias.

El impacto de la pandemia en los hábitos sociales

Los expertos creen que la reducción en el consumo de sustancias entre los adolescentes es un efecto a largo plazo de las restricciones impuestas por la pandemia, que limitaron las interacciones sociales y, en consecuencia, disminuyeron la presión de grupo. Durante los cierres, muchos adolescentes, especialmente los de primer año de preparatoria, no pudieron participar en las típicas reuniones sociales donde suelen ser introducidos al consumo de alcohol y otras drogas por sus compañeros mayores.

Esta interrupción del ciclo social, según Richard Miech, quien dirige la encuesta, detuvo el reclutamiento de nuevos adolescentes al consumo de sustancias. Los estudiantes de primer año durante la pandemia no tuvieron la oportunidad de ser influenciados por los jóvenes mayores, lo que resultó en un comportamiento de abstención que perdura a medida que estos estudiantes crecen.

Expectativas de los investigadores y sorpresas

Los resultados de la encuesta sorprendieron a los investigadores, quienes inicialmente esperaban un rebote en el consumo de sustancias una vez que se levantaran las restricciones y los adolescentes pudieran volver a reunirse socialmente. Sin embargo, la persistencia de la abstención en los jóvenes ha desafiado esas expectativas, lo que sugiere que la influencia de la pandemia en los hábitos de los adolescentes podría ser más profunda de lo que se pensaba.

Los datos indican que la ausencia de experiencias previas con el alcohol y las drogas ha ayudado a los adolescentes a resistir la presión de grupo, lo que podría haber evitado un posible repunte en el consumo. Esta tendencia plantea interrogantes sobre cómo los cambios en los patrones sociales y de comportamiento durante la pandemia podrían haber alterado a largo plazo las decisiones y los hábitos de los jóvenes en cuanto al consumo de sustancias.

Un cambio que podría durar

El informe destaca que los efectos de la pandemia en el consumo de sustancias entre los adolescentes podrían ser un cambio duradero. Si bien algunos podrían considerar que este descenso es temporal, los investigadores sugieren que los patrones de comportamiento modificados por las restricciones sociales podrían tener un impacto a largo plazo. La falta de interacción social y la reducción de la presión de grupo podrían haber creado una nueva generación de adolescentes más resistentes a las sustancias.

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Este fenómeno también resalta la importancia de entender los efectos a largo plazo de eventos globales como la pandemia, no solo en la salud física, sino también en las conductas sociales y los hábitos de consumo. El tiempo dirá si este cambio en los hábitos de los adolescentes perdurará, pero lo cierto es que el informe deja claro que, al menos por ahora, la pandemia ha dejado una huella significativa en las decisiones de los jóvenes en cuanto a las sustancias.