Realizar este truco rápido antes de hacer ejercicio puede aumentar tu resistencia
Un estudio reciente reveló que la contracción del bazo, un órgano que almacena glóbulos rojos, puede mejorar el rendimiento deportivo al liberar más oxígeno hacia los músculos.
Recientemente, investigadores griegos han descubierto un vínculo entre el bazo y el rendimiento atlético, un hallazgo que podría transformar la manera en que los atletas entrenan. El bazo, un órgano del tamaño de un puño ubicado cerca del estómago, tiene la capacidad de almacenar y filtrar la sangre. Cuando el bazo se contrae, libera células rojas almacenadas en el torrente sanguíneo, lo que mejora la entrega de oxígeno a los músculos, optimizando el rendimiento físico.
Para probar este concepto, un grupo de 17 atletas fue sometido a una prueba en la que, antes de correr en una caminadora, debían sumergir su rostro en agua fría y mantener la respiración. Esta acción activa lo que se conoce como el reflejo de inmersión mamífero, un mecanismo de supervivencia que no solo reduce la frecuencia cardíaca, sino que también contrae el bazo y redirige el flujo sanguíneo hacia el cerebro y el corazón, priorizando estas funciones vitales sobre las de los músculos periféricos.
El proceso fue sencillo pero revelador: los atletas mantuvieron la respiración mientras se sumergían en agua fría y, al hacerlo, experimentaron un ligero aumento en su rendimiento en la caminadora. Aunque la mejora en el rendimiento fue modesta, la relación entre la contracción del bazo y la mayor eficiencia en la oxigenación muscular abrió nuevas posibilidades en la fisiología deportiva.
Los beneficios del reflejo de inmersión mamífero
El reflejo de inmersión mamífero es un proceso natural que permite a los mamíferos mantenerse bajo el agua durante más tiempo, un fenómeno que también se puede activar con simples ejercicios. Este reflejo no solo es útil para los buzos, sino que también tiene aplicaciones en la mejora del rendimiento deportivo y en el manejo de la ansiedad. Según los expertos, algunas técnicas sencillas, como sumergir la cara en agua fría o presionar un paquete de verduras congeladas contra la cara, pueden activar este reflejo.
En el estudio realizado, los participantes, que no tenían entrenamiento en técnicas de contención de la respiración, realizaron cinco repeticiones de estas maniobras. Tras cada set de respiración, los atletas corrieron en la caminadora y demostraron un aumento del 0.75% en su rendimiento, lo que aunque parece pequeño, fue suficiente para concluir que el ejercicio tenía un impacto positivo en el rendimiento físico.
Los investigadores sugirieron que, aunque estos resultados son prometedores, aún es necesario realizar más estudios para comprender mejor los factores subyacentes que permiten que este reflejo influya de manera tan efectiva en el rendimiento deportivo. Los hallazgos se publicaron recientemente en el European Journal of Applied Physiology.
El impacto del reflejo en la salud mental
El reflejo de inmersión mamífero también ha demostrado ser útil fuera del ámbito deportivo, ya que puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad y estrés. Según la terapeuta Michele DeMarco, este reflejo puede ser un “desvío” útil cuando el cuerpo está atrapado en un estado de estrés elevado. Al activar el sistema nervioso parasimpático, que es responsable de la relajación, el reflejo ralentiza la frecuencia cardíaca y ayuda a calmar los nervios.
DeMarco sugiere que, cuando alguien se siente abrumado o ansioso, simplemente tomar un respiro y activar el reflejo de inmersión puede ofrecer una sensación inmediata de calma. Este enfoque sencillo y natural puede ser una herramienta valiosa para quienes buscan aliviar el estrés en momentos de tensión.
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Este descubrimiento sugiere que el reflejo de inmersión mamífero no solo es un mecanismo de adaptación biológica, sino que también tiene aplicaciones prácticas tanto en la mejora del rendimiento físico como en el bienestar emocional.