Las vírgenes prudentes y necias según Mateo y William Blake
Creada con lápiz, tinta y acuarela, la obra se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
En el evangelio de Mateo 25:1–13, Jesús presenta una parábola que, por su peculiar simbolismo, no ha dejado de intrigar a estudiosos y creyentes a lo largo de los siglos. La historia narra el encuentro entre un novio y diez vírgenes que esperaban su llegada con lámparas encendidas, pero no todas estaban preparadas. Mientras cinco de ellas, llamadas sabias, llevaban suficiente aceite para mantener sus lámparas encendidas, las otras cinco, calificadas como insensatas, se descuidaron y no pudieron cumplir su propósito.
Cuando el novio llegó, las necias estaban fuera comprando aceite y no lograron entrar a la celebración. Su súplica fue recibida con las tajantes palabras: “No os conozco.” La parábola cierra con una advertencia:
Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.”
Un mensaje universal
Esta parábola, en su sentido espiritual, insta a los fieles a mantenerse preparados para el encuentro con lo divino, anticipando la Segunda Venida de Cristo y el Juicio Final. Sin embargo, su enseñanza también trasciende la religión, ofreciendo una lección práctica para quienes prefieren interpretarla de forma más secular: la importancia de la previsión y la preparación en la vida cotidiana.
Te puede interesar: La pintura japonesa que captura la serenidad de un estanque de lotos
La interpretación visual de William Blake
El enigmático pintor y poeta británico William Blake llevó esta parábola a otro nivel al plasmarla en una de sus acuarelas más representativas, titulada The Parable of the Wise and Foolish Virgins. Creada con lápiz, tinta y acuarela, la obra se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y mide 36 × 33,2 cm.
Blake representa a las cinco vírgenes sabias a la izquierda, irradiando serenidad y elegancia, como figuras talladas en un bajorrelieve grecorromano. A la derecha, las cinco vírgenes necias aparecen agitadas y envueltas en sombras, reflejando su desesperación. Sobre ellas, un ángel toca una trompeta, anunciando el Juicio Final, un recordatorio visual de la urgencia del mensaje evangélico.
El genio visionario de Blake
Blake combina magistralmente elementos neoclásicos con el espíritu romántico que exploraría lo sublime: aquello que desborda lo comprensible y despierta una intensa emoción. Su capacidad para fusionar estas influencias lo convierte en un paradigma del artista visionario, adelantado a su tiempo. De hecho, su legado ha influido en movimientos posteriores, desde el simbolismo hasta la cultura popular, como la banda The Doors, cuyo nombre proviene de su poema:
Si las puertas de la percepción se purificaran, todo se le aparecería al hombre como es: infinito.”
La parábola de las vírgenes, tanto en su forma literaria como visual, invita a reflexionar sobre la importancia de estar preparados para los desafíos cotidianos. A través de la obra de Blake, este mensaje adquiere una dimensión estética que nos transporta a lo sublime, recordándonos que el arte y la fe a menudo se encuentran.
Con información de HA!