La devoción del abuelo una joya suiza en el Kunstmuseum de Berna

Albert Anker, conocido como el “pintor nacional” de Suiza, plasmó en La devoción del abuelo un momento íntimo y lleno de significado, donde el tiempo, la devoción y los lazos familiares son los protagonistas. Esta pintura, exhibida en el Kunstmuseum de Berna, es un óleo de 63 x 92 cm realizado catorce años después de otra de sus obras maestras, La siesta.

Un retrato del paso del tiempo

En esta escena, Anker capta con sensibilidad cómo la vida transforma a quienes amamos. El abuelo, que alguna vez albergó en su regazo a sus nietos, ahora encuentra cobijo en la espiritualidad. Uno de sus nietos aparece como símbolo de ese amor protector que devuelve el cuidado recibido en la niñez. Esta imagen no solo celebra la relación intergeneracional, sino que también reflexiona sobre las etapas de la vida y el respeto hacia los mayores.

La composición sugiere que el momento transcurre durante la hora de la siesta, en un interior cálido y acogedor. Los objetos que rodean a los personajes adquieren un protagonismo sutil, conectando esta obra con los fantásticos bodegones que también caracterizan el trabajo del artista.

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La maestría de Albert Anker

Aunque Anker brilló en múltiples géneros, su habilidad como retratista destaca especialmente. En esta pintura, los rostros y gestos son dibujados con un realismo delicado que transmite emociones profundas y sinceras. Esta maestría fue reconocida incluso por el famoso ceramista Theodore Deck, quien incorporó retratos de Anker en sus creaciones.

Además de sus óleos, Anker continuó trabajando con acuarelas durante los últimos años de su vida, a pesar de las dificultades que le impuso un ataque de apoplejía que paralizó su mano derecha. Este compromiso con el arte demuestra no solo su talento, sino también su profunda conexión con el oficio.

Una obra para reflexionar

La devoción del abuelo no es solo un retrato familiar; es un recordatorio de cómo el tiempo transforma las relaciones y cómo el amor y la gratitud pueden trascender las adversidades. Albert Anker logra transmitir estos sentimientos de manera universal, haciendo que esta obra resuene con cualquiera que haya valorado los vínculos familiares y el respeto hacia sus mayores.

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Visitar el Kunstmuseum de Berna y admirar esta pieza es, sin duda, una invitación a reflexionar sobre la importancia de los pequeños momentos que construyen la vida.

Con información de HA!