2024 podría ser el año más frío del resto de tu vida
El mundo podría superar los 1.5 grados Celsius de forma permanente y alcanzar 3 grados para 2100 sin medidas urgentes.
Con el cierre del 2024 a la vista, los científicos han dado una advertencia contundente: este año será el más cálido jamás registrado, superando el umbral de los 1.5 grados Celsius establecido en el Acuerdo de París. Pero aquí está el giro: aunque hoy parezca un año excepcionalmente caluroso, en el futuro podría considerarse uno de los más frescos de nuestras vidas.
El fenómeno de las expectativas cambiantes
Esto se debe a un fenómeno conocido como el síndrome de línea base cambiante. Según Masashi Soga, ecólogo de la Universidad de Tokio, las personas tienden a normalizar los cambios graduales en el ambiente, como el aumento de temperaturas o el declive de la biodiversidad. “Este síndrome puede actuar como una barrera al reducir el reconocimiento social del problema”, advierte Soga.
Por ejemplo, las generaciones jóvenes suelen percibir las condiciones actuales como normales, aunque estas representen un deterioro significativo comparado con lo que vivieron generaciones anteriores. Esto se ha observado en contextos como la pesca, la biodiversidad y, por supuesto, el clima.
El impacto del calentamiento global
Los últimos años han estado marcados por récords climáticos alarmantes. Según Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, 2023 y 2024 han destacado por un aumento significativo en las temperaturas debido al fenómeno de El Niño y al continuo incremento de gases de efecto invernadero.
La proyección no es alentadora: en los próximos años, se espera que el mundo supere de forma permanente el umbral de los 1.5 grados Celsius, con un posible aumento de hasta 3 grados para 2100 si no se toman medidas drásticas. Esto traerá consigo más desastres climáticos, lluvias extremas y olas de calor intensas.
¿Cómo afecta esto a la acción climática?
El síndrome de línea base cambiante podría estar frenando los avances en la lucha contra el cambio climático al disminuir la percepción de la gravedad del problema. Soga señala que las personas que perciben un deterioro ambiental son más propensas a tomar acciones de conservación.
Sin embargo, otros expertos, como Adam Aron, director del Climate Psychology and Action Lab, creen que el estancamiento en las acciones no se debe únicamente a este fenómeno. Aron sugiere que establecer normas sociales claras y visibles, como el uso masivo de paneles solares o la electrificación de hogares, podría motivar cambios significativos.
Un desafío intergeneracional
El cambio climático no es solo un problema científico, sino también psicológico y cultural. Mientras que algunas personas reconocen las señales del deterioro ambiental, otras las ven como la nueva normalidad. En este contexto, la educación y la acción colectiva se presentan como herramientas clave para enfrentar este desafío global.
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Con cada décima de grado que sube la temperatura, las consecuencias se intensifican. Por ello, los expertos coinciden: el momento para actuar es ahora, antes de que lo que hoy nos parece extremo se convierta en un recuerdo distante de un clima que solíamos considerar normal.
Con información de Natgeo.