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Nuevos estudios sugieren que la civilización maya nunca colapsó

Los mayas, una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, alcanzaron su apogeo durante el Período Clásico (200-900 d.C.)

Nuevos estudios sugieren que la civilización maya nunca colapsó

La narrativa tradicional sobre la civilización maya sugiere un colapso abrupto tras la caída de sus grandes ciudades durante el Período Clásico, entre el año 900 y 1000 d.C. Sin embargo, nuevas investigaciones revelan una historia muy distinta: los mayas no desaparecieron, sino que persistieron y se adaptaron, especialmente en áreas rurales, desafiando las versiones simplistas que se enseñan comúnmente.

Contexto histórico

Los mayas, una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, alcanzaron su apogeo durante el Período Clásico (200-900 d.C.), cuando ciudades como Tikal y Chichén Itzá dominaron el paisaje cultural y político. Se pensaba que estas metrópolis cayeron debido a factores como el cambio climático, la sobrepoblación y conflictos políticos, lo que llevó a su supuesto colapso. Sin embargo, esta interpretación omite un aspecto crucial: las poblaciones rurales que sostuvieron la vida y el conocimiento maya permanecieron activas durante siglos.

El Período Posclásico (900-1540 d.C.) marcó una etapa de resiliencia y reinvención, con nuevas ciudades como Mayapán surgiendo tras la caída de sus predecesoras. Según Pedro Delgado Kú, arqueólogo de la Universidad Autónoma de Yucatán, este período desafía la noción de un “fin” para los mayas, mostrando su capacidad de recuperación frente a la adversidad.

La conexión entre Chichén Itzá y Mayapán

La historia de Mayapán, fundada alrededor del siglo XII, ofrece un ejemplo clave de esta continuidad. Construida tras la caída de Chichén Itzá alrededor del 1050 d.C., Mayapán se convirtió en un centro urbano próspero con grandes estructuras como el Templo de Kukulkán y una muralla de 8.8 kilómetros que intentaba contener a su creciente población. A pesar de los desafíos climáticos y políticos, la ciudad floreció hasta mediados del siglo XV, cuando conflictos internos entre clanes llevaron a su declive.

Marilyn Masson, arqueóloga de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, señala que el modelo político de Mayapán y su desarrollo urbano reflejan no solo continuidad cultural, sino también una notable estabilidad rural. Según sus estudios, realizados con tecnología lidar y excavaciones en las cercanías, las poblaciones rurales mantuvieron una red de asentamientos sorprendentemente constante, incluso mientras las grandes ciudades cambiaban.

El papel de las áreas rurales

Lejos de los centros urbanos, las áreas rurales preservaron el conocimiento y las tradiciones mayas. Masson y Delgado Kú encontraron evidencia de una ocupación continua en estas regiones, donde las casas y pueblos estaban distribuidos de manera que los habitantes podían ver las viviendas de sus vecinos, una organización que recuerda al campo británico. Estas comunidades rurales no solo mantuvieron la vida cotidiana, sino que también sirvieron como base para reconstruir ciudades capitales cuando las condiciones lo permitieron.

La arqueóloga Elizabeth Paris, de la Universidad de Calgary, explica que este patrón de ruralización y posterior reorganización urbana probablemente ocurrió en varias ocasiones, incluso durante el Período Clásico, cuando ciudades como Tikal y Calakmul decayeron. “Lo que vemos no es devastación comunitaria, sino una transformación dinámica”, asegura.

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La herencia maya en el presente

Aunque Mayapán perdió su estructura política a mediados del siglo XV, la cultura maya persistió, adaptándose a los cambios traídos por la colonización española. Hoy en día, comunidades como Telchaquillo, cerca de las ruinas de Mayapán, conservan el idioma maya y algunas tradiciones ancestrales. “Muchos aspectos culturales no han cambiado hasta hoy”, afirma Delgado Kú, quien expresa su orgullo por su herencia y el trabajo arqueológico que conecta el pasado con el presente.

Con información de Natgeo.

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