Las heces de aves podrían ser la clave para detener la próxima pandemia de gripe: Aquí te explicamos por qué
Su trabajo es crucial para predecir futuros brotes pandémicos, ya que los virus de la gripe pueden mutar y adaptarse a nuevas especies, incluidos los humanos.
ESTADOS UNIDOS.- En la Bahía de Delaware, un fenómeno natural fascinante ocurre cada primavera: los cangrejos herradura emergen de las aguas para desovar, seguidos por una multitud de aves migratorias que se alimentan de los huevos ricos en nutrientes. Este evento no solo es un espectáculo ecológico único, sino que también es crucial para los científicos que investigan los virus de la gripe, como el H5N1, un virus altamente patógeno que actualmente preocupa a la comunidad científica.
Desde hace casi 40 años, un equipo de investigadores de St. Jude Children’s Research Hospital, liderado por el Dr. Robert Webster, ha estado recolectando muestras de excrementos de aves en esta área para rastrear la propagación de la gripe aviar. En su primer viaje en 1985, descubrieron que el 20% de las muestras contenían virus de la gripe, lo que les permitió identificar la Bahía de Delaware como un observatorio ideal para el estudio de estas enfermedades.
El objetivo principal de este proyecto es predecir futuros brotes pandémicos. Los excrementos de las aves migratorias pueden ser una fuente clave para detectar nuevos virus. Aunque la gripe aviar generalmente no afecta gravemente a las aves, las mutaciones pueden generar cepas peligrosas para los humanos, como ocurrió con el H5N1, que ha saltado de aves a mamíferos, incluyendo ganado y, en raros casos, humanos.
La Investigación y sus Retos
El equipo de St. Jude, encabezado por los científicos Pamela McKenzie y Patrick Seiler, recolecta entre 800 y 1,000 muestras de guano en las playas de Delaware cada año. Este trabajo es fundamental para entender cómo los virus, como el H5N1, se propagan entre las aves y, potencialmente, a otros animales. A pesar de que este año no se encontraron cepas de H5N1 en las muestras de aves, los investigadores continúan monitoreando la situación debido a los brotes en ganado y humanos en diferentes partes del país.
El proceso de análisis es minucioso. Las muestras de excrementos se envían a laboratorios para secuenciar el código genético de los virus, lo que permite identificar las cepas específicas. Sin embargo, como explica la Dra. Lisa Kercher, directora de operaciones de laboratorio en St. Jude, el proceso puede tomar meses. La principal preocupación actual es el comportamiento cambiante del virus H5N1, especialmente su capacidad para infectar diferentes especies y su potencial para adaptarse a los seres humanos.
El hallazgo de casos de H5N1 en ganado, como ocurrió recientemente en Texas, ha puesto a los expertos en alerta. Los virus de influenza tipo A, como el H5N1, nunca antes se habían detectado en vacas. La preocupación es que estos virus puedan evolucionar y adquirir la capacidad de transmitirse entre humanos, lo que podría dar lugar a una pandemia.
Implicaciones Globales y el Futuro de la Vigilancia
Este monitoreo continuo de las aves migratorias es crucial para anticipar la propagación de nuevas cepas del virus. La Dra. Pamela McKenzie y su equipo, junto con la colaboración de otros científicos, están convencidos de que la clave para predecir y evitar futuros brotes de gripe aviar está en entender cómo los virus circulan entre las aves y qué factores los impulsan a cambiar. La vigilancia de aves migratorias en lugares como la Bahía de Delaware es esencial para este esfuerzo.
El impacto global de la influenza aviar no puede subestimarse. Aunque la transmisión de H5N1 entre humanos no ha sido común hasta ahora, las investigaciones recientes sugieren que el virus está evolucionando rápidamente. La aparición de nuevos casos en humanos, especialmente en personas expuestas a aves infectadas, es una señal de que el riesgo podría aumentar. A pesar de los esfuerzos de control, como el sacrificio de aves infectadas, el virus sigue propagándose.
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En este contexto, el trabajo realizado en la Bahía de Delaware y otros puntos de monitoreo, como en Canadá, es más relevante que nunca. Los datos recopilados permiten a los científicos detectar patrones de cambio en los virus, lo que podría ofrecer una ventaja crucial en la lucha contra futuras pandemias. Sin embargo, como advierte el Dr. Richard Webby, el futuro de esta amenaza sigue siendo incierto, y los investigadores estarán vigilantes ante cualquier nuevo brote.
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