El mayor depósito de oro del mundo se encuentra en un lugar inesperado, según la NASA

CIUDAD DE MÉXICO.- En un hallazgo revolucionario, científicos de la NASA han identificado el mayor depósito de oro del planeta, y sorprendentemente no se encuentra en minas o en las entrañas de la Tierra, sino en los océanos. Según datos obtenidos por los investigadores, los mares albergan cerca de 20 millones de toneladas de oro disueltas en su agua. Esta cantidad supera con creces la que la humanidad ha recolectado a lo largo de toda su historia, que asciende a unas 200 mil toneladas.

Aunque el descubrimiento es asombroso, la extracción de este oro resulta sumamente complicada y costosa. El oro está presente en concentraciones tan bajas en el agua de mar que, aunque su cantidad total sea enorme, obtenerlo con la tecnología actual no es viable. La dispersión del metal en vastas áreas de agua marina hace que la recolección sea prácticamente inviable en la actualidad.

El potencial de los recursos marinos

Este descubrimiento pone en evidencia la gran cantidad de recursos naturales aún por explorar en los océanos. Además del oro disuelto, los fondos marinos, especialmente los depósitos hidrotermales conocidos como “fumadores negros”, contienen minerales de gran valor. Estos recursos se encuentran en áreas más accesibles y pueden ser extraídos mediante minería submarina, una técnica que ha comenzado a desarrollarse en algunos lugares.

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Sin embargo, la minería submarina no está exenta de controversia. Aunque algunos países, como Papúa Nueva Guinea, han otorgado permisos para esta actividad, las operaciones de extracción en los océanos conllevan serios riesgos para el medio ambiente. Los fumadores negros y otros ecosistemas marinos frágiles podrían verse gravemente afectados, lo que genera preocupación entre los ecologistas.

Riesgos ecológicos y desafíos tecnológicos

El principal reto de la minería en los océanos es la combinación de obstáculos tecnológicos y los riesgos ecológicos que implica. Las operaciones podrían dañar irreparablemente hábitats marinos, alterar las cadenas alimentarias y poner en peligro especies marinas. Es fundamental, por tanto, que la extracción de recursos se realice de manera controlada y respetuosa con el medio ambiente para evitar consecuencias devastadoras.

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A pesar de los beneficios económicos que podría traer la explotación de recursos marinos, como las 20 millones de toneladas de oro, los expertos insisten en la necesidad de preservar los ecosistemas marinos. La creciente demanda de metales preciosos puede llevar a un aumento en la minería submarina, pero es crucial encontrar un equilibrio entre la explotación de los recursos y la protección de los océanos. De lo contrario, los daños a largo plazo podrían superar los beneficios inmediatos.