Tip de lavandería para elegir la temperatura correcta para planchar cada prenda

La adultez trae consigo una serie de retos, y entre ellos está la necesidad de proyectar una imagen profesional y cuidada. Eventos como reuniones formales, presentaciones importantes o incluso graduaciones demandan que nuestra apariencia hable bien de nosotros, y esto incluye nuestra vestimenta.

Una de las formas más sencillas y económicas de lograr un aspecto pulcro y formal es aprendiendo a planchar la ropa adecuadamente. Sí, una prenda bien planchada no solo se ve mejor, sino que también refuerza una percepción positiva de quien la lleva. Sin embargo, muchas personas desconocen que el secreto de un buen planchado radica en ajustar la temperatura según el tipo de tejido.

El fascinante origen de la plancha

Aunque hoy en día contamos con modernas planchas eléctricas y vaporizadores, el deseo de alisar las prendas no es nuevo. Los primeros registros de un dispositivo diseñado para este propósito se remontan al siglo IV en la antigua Grecia.

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Sigue la regla de un minuto para mantener el orden en tu casa

En esa época, se utilizaba una barra de hierro cilíndrica que se calentaba para alisar telas de lino y marcar pliegues. Este rudimentario instrumento, más parecido a un rodillo de cocina que a una plancha moderna, sentó las bases de lo que sería una herramienta esencial en los siglos venideros.

Con el paso del tiempo, las planchas evolucionaron hasta adquirir su icónica forma triangular en el siglo XX. Hoy en día, además de las tradicionales planchas eléctricas, disponemos de vaporizadores que ofrecen una solución práctica y segura para alisar prendas sin contacto directo con las fibras. Estas herramientas, además de eliminar arrugas, desodorizan y cuidan mejor los tejidos.

La ciencia detrás del planchado perfecto

Lograr un planchado eficiente no es cuestión de fuerza, sino de temperatura. Cada tejido requiere un ajuste específico para evitar daños, ahorrar tiempo y lograr un resultado impecable. Utilizar la temperatura adecuada no solo facilita el proceso, sino que también prolonga la vida útil de tus prendas.

Aquí tienes una guía práctica para ajustar la temperatura según el tipo de tela:

• Lino y algodón: 200–230°C
• Triacetato: 200°C
• Viscosa/Rayón: 190°C
• Lana, poliéster y seda: 148°C
• Acetato, acrílico, lycra/spandex y nylon: 135°C

Consejos finales para un planchado impecable

Antes de encender la plancha, revisa siempre las etiquetas de las prendas. Estas contienen valiosa información sobre las temperaturas recomendadas y otros cuidados específicos. Seguir estas indicaciones no solo protegerá tus telas, sino que también garantizará que luzcas siempre impecable, listo para enfrentar cualquier desafío, indica Xataka.

Así, con un poco de esfuerzo y atención, puedes elevar tu imagen personal y profesional con prendas que reflejen tu mejor versión.