Bailar podría aliviar la depresión causada por el Parkinson, sugiere un estudio
El estudio, realizado con 23 pacientes en un programa de danza en Canadá, mostró que los participantes experimentaron una mejora acumulativa en su depresión tras asistir a clases semanales durante ocho meses.
CIUDAD DE MÉXICO.- Recientes investigaciones sugieren que la danza podría ser una herramienta efectiva para aliviar la depresión en personas con enfermedad de Parkinson, una alternativa accesible, económica, libre de medicamentos y, además, divertida. Joseph DeSouza, profesor asociado en la Facultad de Salud de la Universidad de York y uno de los autores del estudio, afirmó: “No sé qué es, pero hay algo mágico en la danza. Hace que las personas con Parkinson se sientan vivas y felices. Resultó ser un elixir increíble”. Este enfoque se suma a un creciente cuerpo de evidencia que sugiere que la danza puede tener beneficios importantes para la salud mental y emocional de los pacientes.
DeSouza ha estado investigando los efectos de la danza en pacientes de Parkinson desde 2013, y su trabajo ha abordado principalmente cómo la danza influye en habilidades motoras y cuestiones de calidad de vida, como el sueño, la ansiedad, y el estado de ánimo. Sin embargo, el estudio reciente se centró específicamente en la depresión, utilizando escalas estándar de medición de depresión y neuroimagen para observar cómo la danza afecta al cerebro. Los resultados mostraron una mejora tanto en el estado de ánimo como en la actividad del giro cingulado subcalloso (SCG), una región cerebral relacionada con la regulación emocional.
Este hallazgo es relevante porque la depresión es común en los pacientes con Parkinson, afectando a alrededor del 40% de ellos. La enfermedad se caracteriza por la muerte de neuronas en la región substantia nigra del cerebro, lo que interfiere con la producción de dopamina y afecta el movimiento, el habla y la cognición. A pesar de los avances en el tratamiento de los síntomas motores, los aspectos emocionales como la depresión y la ansiedad a menudo quedan fuera del radar, a pesar de ser tan debilitantes como los temblores y la rigidez muscular.
Resultados Promisorios y Beneficios Cerebrales
El estudio, aunque pequeño, involucró a 23 pacientes con Parkinson que participaron en el programa Sharing Dance Parkinson’s de la Escuela Nacional de Ballet de Canadá. Estos pacientes, que llevaban menos de cinco años con diagnóstico, nunca habían bailado antes. Los investigadores notaron que después de asistir a clases de danza de 75 minutos durante ocho meses, los niveles de depresión de los participantes disminuyeron significativamente. Esta mejora fue acumulativa, lo que indica que el impacto positivo se extendió a lo largo del tiempo.
Los escaneos cerebrales realizados a algunos participantes mostraron señales reducidas en el SCG, lo que sugiere que la actividad de esta área cerebral disminuyó, un cambio que es comúnmente asociado con el tratamiento antidepresivo. Helen Mayberg, neuróloga conductual, quien no participó en el estudio, comentó que la danza parece tener efectos similares a los medicamentos antidepresivos, al reducir la actividad de esta región cerebral vinculada a la depresión. Este descubrimiento podría abrir nuevas puertas en el tratamiento de la depresión en pacientes con Parkinson.
El estudio también destaca cómo la danza puede contribuir a la mejora general de la calidad de vida de las personas con Parkinson, no solo en términos de su estado de ánimo, sino también en su capacidad para moverse y participar en actividades cotidianas. Para los investigadores, la danza es una forma de ejercicio que no solo beneficia el cuerpo, sino también la mente, creando un espacio de interacción social y expresión personal.
Una Terapia Asequible y Universal
El estudio de DeSouza, aunque limitado por su tamaño, subraya el potencial de la danza como una intervención no invasiva, de bajo costo y accesible para aquellos que luchan contra la depresión y otros síntomas del Parkinson. DeSouza espera ampliar su investigación para comprender mejor cómo la música y el movimiento en la danza pueden activar centros de recompensa en el cerebro y mejorar las redes sensoriales y motoras. Según él, “cuando bailan, reciben señales de recompensa de sus maestros y compañeros”.
La danza, además de ser una forma divertida de ejercicio, tiene el poder de mejorar el equilibrio, la postura y la movilidad, aspectos cruciales para las personas con Parkinson. J. William Langston, profesor clínico de neurología y neurociencia, quien no participó en el estudio, señala que “lo más difícil en el tratamiento del Parkinson es hacer que los pacientes que no hacen ejercicio comiencen a hacerlo”, y sugiere que actividades como el baile son una excelente opción para mejorar la postura y el equilibrio.
En el futuro, los investigadores esperan que la danza sea reconocida como una herramienta útil en el tratamiento del Parkinson, especialmente porque es una opción accesible y flexible que se puede implementar en el hogar. DeSouza, que sigue participando en las clases de baile con sus pacientes, concluye que “mi sueño es que todas las personas con Parkinson en el mundo empiecen a bailar. Si lo hicieran, todos se sentirían mejor”.
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