Para principiantes en la jardinería: esta es la planta trepadora más fácil de cuidar
Aunque la glicina es conocida por sus vistosas flores moradas, sus altos requerimientos de cuidado pueden ser un desafío para principiantes.
CIUDAD DE MÉXICO.- Las plantas trepadoras se han convertido en las protagonistas de muchos jardines por su capacidad de transformar los espacios con elegancia y exuberancia. Aunque la glicina suele ser la más mencionada cuando se habla de este tipo de vegetación, existen otras opciones igual de impresionantes y mucho más fáciles de mantener.
Además de su indiscutible belleza, estas plantas son altamente funcionales. Al crecer de forma vertical sobre muros y estructuras, resultan ideales para decorar fachadas, pérgolas o balcones, aportando además beneficios prácticos como sombra y frescura en días calurosos. También actúan como barreras naturales, mejorando la privacidad y ayudando a reducir la contaminación sonora y del aire.
Glicina: exigente pero espectacular
A pesar de sus espectaculares racimos de flores moradas y su inconfundible aroma, la glicina requiere cuidados minuciosos, lo que la convierte en una opción complicada para quienes se inician en la jardinería. Esta planta necesita suelos ricos, condiciones climáticas específicas y podas regulares para mantener su vigor y belleza.
El atractivo de la glicina no se limita a su floración, pero sus altas exigencias en cuanto a mantenimiento y manejo pueden desanimar a quienes buscan una opción más accesible. Sin embargo, para quienes estén dispuestos a dedicarle tiempo, sus vistosas flores y su capacidad de cubrir grandes áreas compensan el esfuerzo.
Santa Lucía: una opción versátil y resistente
Si la glicina parece demasiado demandante, la Santa Lucía, conocida científicamente como Lonicera sempervirens, se presenta como una alternativa más sencilla y vibrante. Esta planta trepadora originaria de Norteamérica destaca por su resistencia y adaptabilidad, capaz de prosperar en climas templados y fríos, siempre que reciba los cuidados básicos.
Con una altura de hasta 6 metros, la Santa Lucía embellece cualquier espacio con sus hojas de color verde oscuro y sus flores tubulares en tonos cálidos que atraen mariposas y colibríes. Su capacidad de tolerar tanto el sol pleno como la semisombra la convierte en una opción ideal para todo tipo de jardines.
Cuidados básicos para un crecimiento exitoso
Para lograr un desarrollo óptimo, se recomienda plantar la Santa Lucía en suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Es importante elegir una ubicación con buena exposición al sol y, al momento de plantarla, cavar un hoyo amplio que permita que las raíces se extiendan cómodamente.
El riego debe ser moderado, incrementándolo durante las primeras semanas tras la plantación. Asimismo, una poda ligera a finales del invierno ayudará a estimular su crecimiento y a mantener su forma. Aplicar fertilizante en primavera favorecerá una floración abundante, mientras que vigilar la aparición de plagas garantizará su salud a largo plazo.
Otras trepadoras fáciles de cuidar
Además de la Santa Lucía, existen otras plantas trepadoras de fácil mantenimiento que ofrecen un espectáculo visual sin demandar cuidados intensivos. Entre ellas, destacan:
- Jazmín estrella: Con su fragancia intensa y follaje perenne, es ideal para cubrir estructuras y mantener el verdor todo el año.
- Clemátide: Con una floración vibrante en primavera, es una excelente opción para añadir color al jardín.
- Buganvilla: Con tonos vibrantes como fucsia y naranja, es perfecta para climas cálidos debido a su resistencia a la sequía.
- Madreselva: De rápido crecimiento y aroma dulce, atrae mariposas y abejas, haciendo del jardín un espacio lleno de vida.
Las plantas trepadoras, además de decorar con encanto natural, ofrecen múltiples beneficios y opciones adaptables a todo tipo de espacios y necesidades. Elegir la especie adecuada marcará la diferencia entre un jardín estéticamente bello y un refugio natural eficiente.
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