Cómo comunicarnos con asertividad: Consejos prácticos para una mejor interacción

La comunicación es una herramienta esencial en nuestra vida diaria, pero no siempre es fácil expresar nuestras ideas, desacuerdos o sentimientos sin generar tensiones. En una charla enriquecedora, la lingüista y profesora Estrella Montolío comparte estrategias prácticas para comunicarnos de manera asertiva, promoviendo un diálogo armonioso y eficaz.

La asertividad: Un enfoque hacia la resolución de conflictos

Montolío define la asertividad como la capacidad de enfrentar desacuerdos o conflictos con el objetivo de resolverlos, en lugar de intensificarlos. Este enfoque se basa en el uso consciente del lenguaje, eligiendo palabras y tónicas que favorezcan el entendimiento mutuo.

Del “tú” al “yo”: Un cambio clave en la perspectiva

Un consejo fundamental que ofrece es evitar estructurar críticas o quejas en torno al pronombre “tú”, ya que esto puede sonar acusatorio. En su lugar, recomienda partir del “yo” para expresar sentimientos o necesidades personales. Por ejemplo, si un amigo siempre toma decisiones por ambos, en lugar de decir: “Tú siempre decides por mí”, se podría decir: “A veces siento que no tengo oportunidad de elegir”. Este cambio ayuda a que el mensaje sea percibido de manera menos confrontativa.

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El poder del “cómo” decimos las cosas

Más allá del contenido, Montolío destaca la importancia del tono y la forma en que se transmiten los mensajes. Frecuentemente, los malentendidos surgen no por lo que se dice, sino por “cómo” se dice. Una comunicación cuidadosa y respetuosa puede evitar reacciones defensivas.

Transformar quejas en peticiones

Un ejemplo interesante de asertividad es convertir una queja en una solicitud. En lugar de decir: “Nunca me dices cosas bonitas”, se podría expresar: “Me haría muy feliz que me digas algo bonito de vez en cuando”. Este cambio de enfoque reduce el riesgo de conflicto y fomenta una respuesta positiva.

La importancia de ser concretos

La falta de especificidad en la comunicación también puede generar confusión. En el ámbito laboral o educativo, Montolío subraya la relevancia de dar instrucciones claras y detalladas. Por ejemplo, en lugar de criticar un escrito diciendo: “Esto está mal hecho”, es más útil señalar los errores específicos y sugerir cómo corregirlos. Esto no solo mejora el resultado, sino que también motiva a la otra persona a aprender y mejorar.

Valoración específica: Un acto que refuerza

Cuando se reconoce el esfuerzo de alguien, ya sea un estudiante o un ser querido, Montolío recomienda ser específico sobre lo que se valora. Esto demuestra que se ha prestado atención al detalle y refuerza comportamientos positivos.

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Práctica constante para un diálogo más armónico

La profesora enfatiza que la asertividad es una habilidad que se desarrolla con la práctica.

Incorporar estas técnicas en nuestra vida diaria puede transformar nuestras interacciones y promover relaciones más armoniosas y satisfactorias.