Niños expuestos a niveles más altos de flúor presentan coeficientes intelectuales más bajos, revela estudio

ESTADOS UNIDOS.- En Estados Unidos, el debate sobre el uso del fluoruro en el suministro de agua sigue generando controversia. Robert F. Kennedy Jr., designado por Donald Trump como secretario de Salud y Servicios Humanos, ha abogado por eliminar esta sustancia del agua potable, argumentando que está asociada a una serie de riesgos para la salud, como fracturas óseas, cáncer de hueso y trastornos neuroconductuales. Estas afirmaciones han sido respaldadas por investigaciones recientes que analizan los posibles efectos del fluoruro en el desarrollo infantil.

Un estudio publicado en JAMA Pediatrics el 6 de enero de 2025 respalda esta preocupación. Liderado por científicos del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS), el análisis revisó 74 estudios epidemiológicos realizados en 10 países, incluyendo Canadá, México y España. Los resultados revelaron una asociación estadísticamente significativa entre la exposición al fluoruro y menores puntajes de coeficiente intelectual en niños.

Según Kyla Taylor, PhD, coautora del estudio, el fluoruro ha sido utilizado durante décadas para prevenir caries dentales, pero también representa riesgos potenciales. Ella destacó que su exceso puede afectar el desarrollo neuroconductual en fetos, infantes y niños.

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Resultados alarmantes y niveles seguros

El estudio encontró que por cada aumento de 1 mg/L en la concentración de fluoruro en la orina, los niños experimentaban una disminución promedio de 1.63 puntos en su coeficiente intelectual. La Organización Mundial de la Salud establece un límite seguro de 1.5 mg/L de fluoruro en el agua potable, mientras que el Servicio de Salud Pública de EE. UU. recomienda 0.7 mg/L. Sin embargo, no se ha determinado si esta última concentración tiene un impacto negativo en la inteligencia infantil.

Taylor subrayó que niveles elevados de fluoruro pueden encontrarse en pozos y sistemas comunitarios que abastecen a millones de personas en Estados Unidos. En respuesta, recomendó a mujeres embarazadas y padres de niños pequeños controlar su exposición total al fluoruro, optando por agua embotellada de bajo contenido y limitando el uso de productos dentales fluorados.

Posturas encontradas y el futuro del fluoruro

El debate no solo se limita al ámbito académico. Ellie Phillips, DDS, educadora en salud oral, se unió a quienes se oponen a la fluoruración del agua, argumentando que muchas comunidades sin fluoruro disfrutan de buenos niveles de salud bucal. Además, distinguió entre el uso tópico del fluoruro, considerado beneficioso, y su ingesta sistémica, que conlleva riesgos.

Mientras tanto, la Asociación Dental Americana defiende el uso del fluoruro como medida eficaz contra las caries, lo que evidencia la complejidad del tema. Taylor enfatizó que los hallazgos del estudio no buscan cambiar las políticas actuales, pero sí invitan a futuras investigaciones sobre el impacto del fluoruro en la salud infantil.

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Con el respaldo de instituciones como el Instituto Nacional de Salud (NIH), este debate podría conducir a una reevaluación de las prácticas de fluoruración, abriendo paso a estrategias de salud más seguras y personalizadas.