Por esta razón no deberías aplastar hormigas en tu casa

CIUDAD DE MÉXICO.- Las hormigas son una de las especies más organizadas y sorprendentes del planeta. Con miles de millones de ejemplares distribuidos en el mundo, estos insectos se esconden bajo tierra o en los cimientos de las construcciones, trabajando en equipo con una precisión admirable. Poseen una fuerza extraordinaria, al levantar hasta 10 veces su peso, y su sentido del olfato es tan poderoso que les permite comunicarse eficientemente en todo momento.

Cuando una hormiga muere, libera feromonas específicas que alertan a su colonia. Esta sustancia actúa como un mensaje de advertencia, activando una respuesta coordinada entre las demás. Según el portal especializado en control de plagas, Peach Tree, este proceso es una de las razones principales por las que no deberías matarlas dentro de tu hogar.

El efecto de las feromonas: una llamada a la acción

Al morir, el cadáver de una hormiga emite ácido oleico tras tres días de descomposición, lo que provoca que sus compañeras acudan al lugar para investigar. Esto puede desencadenar una invasión en respuesta al incidente, ya que las hormigas interpretan el evento como una posible amenaza para su colonia. El objetivo de su movilización es proteger a la reina y mantener la seguridad del nido.

Una vez que encuentran el cuerpo, lo transportan a un sitio específico, alejado del nido, para evitar que la descomposición genere enfermedades. Este proceso, que incluso parece un homenaje a su compañera caída, evidencia la complejidad de su organización y su capacidad para resolver problemas colectivos.

Cómo controlar la presencia de hormigas de manera efectiva

Eliminar a las hormigas no es una tarea sencilla, ya que suelen esconderse en espacios cerrados como paredes o pisos. Aunque los expertos en control de plagas recomiendan fumigar con métodos especializados, existen alternativas naturales y seguras para mantenerlas a raya sin atraer a más.

Entre las opciones más efectivas destacan el uso de tierra de diatomeas, que es un polvo natural no tóxico; pimienta, que irrita su olfato; y aceites esenciales como menta, canela o limón, que actúan como repelentes. Además, mezclar vinagre blanco con agua y aplicarlo en superficies o utilizar bicarbonato de sodio en los rincones estratégicos puede ser igual de eficiente.

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Con estas medidas, es posible controlar la presencia de hormigas de forma segura, evitando provocar una invasión innecesaria y respetando su importancia dentro del ecosistema.