La escritura a mano activa más redes cerebrales que teclear, según un estudio
El estudio concluye que la escritura a mano debe seguir siendo una parte esencial de la educación.
En la era digital, donde las herramientas electrónicas dominan las aulas, un nuevo estudio ha puesto de manifiesto que la escritura a mano sigue siendo fundamental para el proceso de aprendizaje. Investigadores del Frontiers in Psychology han descubierto que escribir a mano activa redes cerebrales más amplias e interconectadas en comparación con la escritura en teclado, especialmente en áreas relacionadas con la memoria y el procesamiento sensorial.
Con el aumento del uso de herramientas digitales en la educación, surgen preocupaciones sobre cómo esta tendencia podría afectar el aprendizaje. Aunque escribir en un teclado es preferido por muchos debido a la rapidez y el menor esfuerzo físico que requiere, investigaciones anteriores ya habían demostrado que la escritura a mano está vinculada a una mejor retención de la memoria, un mayor reconocimiento de letras y mejores resultados educativos en general.
El estudio, dirigido por Audrey van der Meer, profesora de neuropsicología en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU), se centró en la conectividad cerebral, es decir, en cómo diferentes regiones del cerebro trabajan juntas al realizar una tarea. Los investigadores querían determinar si el acto físico de escribir a mano promovía patrones de comunicación cerebral más extensos, que se cree son fundamentales para el aprendizaje y la formación de la memoria.
Para llevar a cabo el estudio, se reclutó a 40 estudiantes universitarios y se les pidió realizar dos tareas: escribir a mano y teclear en un teclado. Mientras escribían a mano, los participantes utilizaron un bolígrafo digital para escribir en cursiva en una pantalla táctil, y al teclear, solo emplearon su dedo índice derecho. A lo largo de estas tareas, se midió la actividad cerebral mediante electroencefalografía de alta densidad (EEG), una técnica que registra los rápidos cambios de actividad cerebral.
Los resultados mostraron diferencias notables en la actividad cerebral entre escribir a mano y teclear. La escritura a mano activó redes cerebrales mucho más amplias e interconectadas, especialmente en las bandas de frecuencia theta (3.5–7.5 Hz) y alpha (8–12.5 Hz), asociadas con la memoria, el procesamiento sensorial y la atención. Los patrones de conectividad más significativos durante la escritura a mano surgieron en las regiones centrales y parietales del cerebro, responsables del control motor, la entrada sensorial y tareas cognitivas de alto nivel. En contraste, el tecleo produjo una actividad mucho menos sincronizada en estas áreas.
Los investigadores sugieren que los beneficios de la escritura a mano provienen de la complejidad espaciotemporal de la tarea. Escribir a mano requiere una coordinación precisa de la visión, las órdenes motoras y la retroalimentación sensorial, mientras que el tecleo depende de movimientos repetitivos que no brindan mucha variación motora ni retroalimentación sensorial.
El estudio concluye que la escritura a mano debe seguir siendo una parte esencial de la educación, particularmente para los niños pequeños, cuyos cerebros aún están en desarrollo. Los investigadores argumentan que la capacidad de la escritura a mano para involucrar más plenamente el cerebro proporciona “condiciones óptimas para el aprendizaje”, convirtiéndola en una herramienta clave para fomentar el crecimiento cognitivo.
A pesar de los avances tecnológicos, los investigadores abogan por un enfoque equilibrado. Aunque los teclados son útiles para ciertas tareas, la escritura a mano ofrece beneficios neurológicos que no pueden ser replicados por el tecleo. Así, recomiendan que las escuelas sigan priorizando la enseñanza de la escritura a mano para asegurar que los niños desarrollen patrones de conectividad cerebral que favorezcan el aprendizaje a lo largo de su vida.
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Si bien los hallazgos del estudio brindan evidencia de los beneficios de la escritura a mano, también tienen limitaciones, como el hecho de que los participantes eran adultos jóvenes. Los investigadores planean abordar estas limitaciones en futuros estudios, incluyendo la comparación entre estudiantes que toman notas a mano y aquellos que lo hacen en un teclado, y explorando si los adultos mayores que practican la escritura a mano experimentan un menor deterioro cognitivo que aquellos que dependen exclusivamente de herramientas digitales.
Con información de PsyPost.
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