Estudio revela un mayor riesgo de derrame cerebral en hijos de padres divorciados
Los investigadores sugieren que el estrés crónico derivado del divorcio podría alterar el sistema de respuesta al estrés del cuerpo, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
CIUDAD DE MÉXICO.- Un reciente estudio ha revelado que las personas cuyos padres se divorciaron durante su infancia tienen un 60% más de probabilidades de sufrir un derrame cerebral en comparación con aquellos que no pasaron por esta situación. La investigación, liderada por la Universidad de Toronto, sugiere que el divorcio de los padres puede ser un factor de riesgo comparable a la diabetes o el género masculino en la aparición de este problema de salud.
Según los expertos, el divorcio puede generar niveles crónicos de estrés que afectan el sistema hipotalámico-hipofisario-adrenal (HPA), encargado de la respuesta al estrés en el cuerpo. Este desequilibrio se ha vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, entre ellas el derrame cerebral, que es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos.
El estudio se basó en datos de 13,200 adultos mayores de 65 años sin antecedentes de abuso infantil. Los resultados mostraron que el 7% de los participantes habían sufrido un derrame cerebral y casi el 14% había experimentado el divorcio de sus padres antes de alcanzar la edad adulta.
Factores de riesgo y limitaciones del estudio
Los investigadores señalaron que, además del estrés crónico, otros factores como la presión arterial elevada, problemas de sueño persistentes y pobreza infantil podrían contribuir al mayor riesgo de derrame cerebral en personas cuyos padres se separaron. Sin embargo, el estudio no contó con información clave sobre la presión arterial, los niveles de colesterol y la edad exacta en la que ocurrió el divorcio.
Una de las limitaciones de la investigación es que los participantes pertenecen a generaciones anteriores, nacidas antes de la década de 1960, cuando el divorcio no era tan común como en la actualidad. Esto plantea la duda sobre si las generaciones más recientes, como los Millennials y la Generación X, experimentarán los mismos efectos a largo plazo.
A pesar de estas limitaciones, los resultados refuerzan estudios previos que también han vinculado el divorcio de los padres con un mayor riesgo de problemas de salud a lo largo de la vida.
Otros efectos en la salud
El impacto del divorcio en la infancia no se limita solo al riesgo de derrame cerebral. Investigaciones anteriores han indicado que los hijos de padres divorciados son más propensos a desarrollar depresión, problemas de autoestima y aislamiento social, factores que también pueden afectar su salud física y emocional.
Un estudio realizado en 2017 señaló que estos individuos tienen un sistema inmunológico debilitado, lo que los hace más vulnerables a enfermedades como resfriados frecuentes y otros padecimientos. Además, se ha encontrado una asociación entre el divorcio parental y una mayor probabilidad de muerte prematura.
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Los expertos subrayan que el impacto del divorcio depende de varios factores, como la edad del niño al momento de la separación, el nivel de conflicto entre los padres y el grado de apoyo emocional recibido.
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