Joven británica enfrenta rara enfermedad que impide abrir sus ojos
Sin cura disponible, recibe inyecciones de bótox cada ocho semanas para controlar la condición, aunque el efecto es temporal.
CIUDAD DE MÉXICO.- En 2023, Tia-Leigh Streamer, una joven británica, despertó sin poder abrir los ojos. Aunque al principio pensó que se trataba de una conjuntivitis, el problema resultó ser mucho más grave. Tras acudir a un centro médico, los especialistas determinaron que sufría de una condición poco común que afectaría su vida de manera permanente.
Los médicos le diagnosticaron blefaroespasmo, una afección neurológica rara que provoca espasmos involuntarios en los músculos que rodean los párpados. En los casos más severos, como el de Streamer, estos espasmos pueden ser tan intensos que impiden abrir los ojos por completo. Aunque la enfermedad no afecta directamente la visión, sí altera la capacidad de la persona para ver, ya que los párpados permanecen cerrados involuntariamente.
Esta condición, considerada una enfermedad rara, no tiene una causa definida, lo que dificulta su tratamiento. “Sé que es neurológico, pero los médicos no saben qué lo causa. Si al menos supiera el motivo, creo que me sentiría menos a oscuras”, explicó la joven en una entrevista con el medio británico The Sun.
Tratamientos sin cura definitiva
Actualmente, no existe un tratamiento que cure el blefaroespasmo. Para controlar la enfermedad, los médicos le aplican inyecciones de bótox cada ocho semanas, lo que le permite mantener sus párpados abiertos durante un corto período. Sin embargo, el efecto del tratamiento solo dura unas semanas, después de las cuales vuelve a perder el control sobre sus párpados.
En los días en que el bótox no funciona, Tia-Leigh debe recurrir a métodos improvisados para poder ver. En varias ocasiones, ha tenido que pegar sus párpados con cinta adhesiva, lo que le ha causado heridas y moretones en la piel. “Cuando hago esto, no puedo parpadear en absoluto, lo que aumenta el riesgo de lastimarme los ojos y perder la vista”, comentó.
Además de las dificultades físicas, la enfermedad también ha impactado su bienestar emocional. “Que me digan que tengo que afrontar esto por el resto de mi vida sin saber por qué es algo muy difícil de aceptar”, expresó la joven.
Un futuro interrumpido
La vida de Streamer cambió drásticamente desde que le diagnosticaron la enfermedad. Sus planes académicos y laborales se vieron frustrados, ya que la imposibilidad de mantener los ojos abiertos le impide estudiar o trabajar frente a una pantalla.
Antes del diagnóstico, había comenzado la carrera de Contabilidad con la esperanza de construir su futuro profesional, pero tuvo que abandonarla. También soñaba con comprar una casa, pero su enfermedad ha limitado su capacidad para llevar una vida independiente. “Es como si volviera a ser una niña, porque no puedo usar un cuchillo y un tenedor y ver lo que estoy haciendo”, lamentó.
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A pesar de las dificultades, Tia-Leigh mantiene la esperanza de que en el futuro se encuentre una cura definitiva para su enfermedad. Mientras tanto, sigue enfrentando los desafíos diarios con determinación, confiando en que los avances médicos puedan ofrecerle una mejor calidad de vida.