Huevos con manchas rojas: origen y seguridad alimentaria
Si alguna vez has abierto un huevo y has notado una pequeña mancha roja en la yema o la clara, no te alarmes.
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Los huevos han estado presentes en la dieta humana desde tiempos remotos. Aunque los de gallina son los más comunes hoy en día, también se consumen otros como los de codorniz, pato, oca o pavo. Un dato curioso que pocos conocen es que los huevos que compramos no contienen un pollito, ya que para que esto ocurra se necesita que un gallo fecunde el huevo.
Cada huevo está compuesto por tres partes principales: la cáscara, que está formada por carbonato de calcio y protege el contenido interno; la yema, que proporciona nutrientes y calorías; y la clara, una sustancia casi transparente que está compuesta en su mayoría por agua (alrededor del 90%), junto con proteínas, minerales, lípidos y vitaminas. A veces, es posible encontrar una pequeña mancha roja en el huevo, que muchos creen es sangre, pero en realidad tiene una explicación.
¿Qué significa esa mancha roja en el huevo?
Si alguna vez has abierto un huevo y has notado una pequeña mancha roja en la yema o la clara, no te alarmes. Es un fenómeno completamente inofensivo. Estas manchas no son indicio de que el huevo esté en mal estado ni de que carezca de nutrientes. En realidad, son restos de sangre que provienen de la ruptura de un vaso sanguíneo durante el proceso de formación del huevo, o de pequeños fragmentos de tejido que se arrastran junto con el huevo. Es importante aclarar que esto no significa que el huevo haya sido fecundado y que esté en camino de convertirse en un pollito.
A pesar de que algunas personas se sienten incómodas al ver estos restos, lo cierto es que no representan ningún riesgo para la salud, y se puede consumir el huevo con total tranquilidad. Si prefieres evitarlo, simplemente puedes quitar la mancha antes de usarlo.
Mitos comunes sobre los huevos
Al igual que muchos otros alimentos, los huevos están rodeados de mitos. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha recopilado algunos de los más comunes y ha aclarado los siguientes:
- El color de la yema indica la calidad del huevo: El tono de la yema, ya sea claro o oscuro, depende de los carotenoides que contiene la alimentación de la gallina, no de la calidad del huevo.
- Los huevos con cáscara roja son mejores: El color de la cáscara depende de la raza de la gallina, pero no tiene relación con la calidad del huevo.
- La yema engorda: La yema es una excelente fuente de proteínas, grasas saludables y vitaminas A, D y E, que representan alrededor del 44% de los nutrientes del huevo. Por su parte, la clara contiene más proteínas (56%), además de varios minerales y vitaminas como riboflavina, niacina y potasio, indica Xataka. Lo ideal es consumir el huevo entero, pero con moderación.
Así que, en resumen, no hay necesidad de preocuparse por los pequeños detalles o los mitos que rodean a este alimento tan común y nutritivo.
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