Miguel Ángel pintó esta obra con solo 12 años
El primer destello de genialidad en la carrera de Miguel Ángel.
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En el mundo del arte, pocas figuras despiertan tanto respeto y admiración como Miguel Ángel Buonarroti. Sin embargo, antes de convertirse en el genio del Renacimiento, fue un niño prodigio cuya primera obra conocida, Los tormentos de San Antonio, ya dejaba entrever su talento excepcional. Con tan solo 12 años, el joven artista realizó esta pintura en técnica de óleo y temple sobre una tabla de 47 cm por 34 cm, una creación asombrosa para su edad.
La obra muestra a San Antonio flotando en el aire, asediado por criaturas fantásticas que intentan arrastrarlo hacia el suelo. Estas figuras demoníacas, que representan las tentaciones, evocan el mundo onírico de El Bosco más que la serenidad renacentista que marcaría la obra posterior de Miguel Ángel. La composición circular y la temática expresionista recuerdan más a la estética gótica que al equilibrio clásico del Cinquecento, al que aún le faltaban algunos años por consolidarse.
Por aquel entonces, Miguel Ángel trabajaba como aprendiz en el taller de Domenico Ghirlandaio en Florencia. Sin embargo, su verdadera pasión comenzaba a aflorar en el jardín de San Marcos, un espacio patrocinado por la influyente familia Médici. Allí, rodeado de esculturas clásicas, empezó a cuestionarse si su destino estaba realmente en la pintura o en la escultura, disciplina que más tarde lo consagraría como uno de los grandes maestros de la historia.
De aquellos años de formación también surge una anécdota que marcaría su vida. Según Giorgio Vasari, historiador del arte del siglo XVI, Miguel Ángel sufrió la envidia de Pietro Torrigiano, otro joven artista, quien un día le propinó un fuerte puñetazo en la cara al salir del jardín de los Médici. El golpe le fracturó la nariz, dejando una huella imborrable en su rostro que podemos reconocer en todos sus retratos.
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A pesar de su juventud y de las dificultades que enfrentó, Los tormentos de San Antonio demuestra que Miguel Ángel ya poseía una visión artística singular. Aunque más tarde se consagraría como escultor y arquitecto, su primera obra pictórica revela la lucha interna de un artista precoz que, aún sin definir su camino, ya dejaba claro que estaba destinado a la grandeza.
Con información de HA!
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