¿Por qué algunas personas recuerdan sus sueños y otras no?
Un estudio reciente reveló que el recuerdo de los sueños depende de factores como la actitud hacia ellos, la tendencia a la divagación mental y los patrones de sueño.
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CIUDAD DE MÉXICO.- La mayoría de las personas sueñan durante la noche, pero no todas recuerdan lo que han experimentado mientras dormían. Algunas pueden relatar sus sueños con detalle, mientras que otras despiertan sin memoria alguna de lo sucedido en su mente durante el descanso. Esta diferencia ha generado diversas hipótesis, incluyendo factores de personalidad o género, aunque estos enfoques no han sido confirmados científicamente.
El interés por el recuerdo de los sueños cobró relevancia durante la pandemia de COVID-19, cuando muchas personas reportaron un aumento en la frecuencia de sus pesadillas y en la capacidad de recordar sus sueños matutinos. Este fenómeno despertó el interés de la comunidad científica, que buscó comprender los factores que influyen en el proceso de memoria onírica.
Un estudio reciente, publicado en Communications Psychology por investigadores de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca, arrojó nuevas pistas sobre este fenómeno. Los expertos analizaron cómo ciertos rasgos individuales y patrones de sueño pueden incidir en la capacidad de recordar los sueños al despertar.
Hallazgos clave de la investigación
Según el estudio, la actitud hacia los sueños, la tendencia a la divagación mental y los patrones de sueño influyen en la capacidad de recordar lo soñado. “El recuerdo de los sueños no es sólo una cuestión de azar, sino un reflejo de la interacción entre la personalidad, los procesos cognitivos y la dinámica del sueño”, explicó Giulio Bernardi, autor principal del estudio y profesor de psicología general en la Escuela IMT.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron a 200 personas de entre 18 y 70 años, quienes registraron sus sueños durante 15 días. Durante este tiempo, también se monitorearon sus patrones de sueño con dispositivos portátiles y se aplicaron pruebas psicométricas para evaluar aspectos como la memoria, la atención y la propensión a la distracción mental.
Los resultados mostraron que quienes tenían una actitud positiva hacia los sueños y una mayor tendencia a la divagación mental eran más propensos a recordar sus sueños. Además, aquellos con periodos más prolongados de sueño ligero también tenían una mayor probabilidad de retener memorias oníricas al despertar.
Influencia de la edad y el ambiente en los sueños
La investigación también reveló que la edad juega un papel clave en la capacidad de recordar sueños. Las personas más jóvenes presentaron una mayor frecuencia de recuerdos oníricos, mientras que los adultos mayores experimentaron más “sueños blancos”, es decir, la sensación de haber soñado sin recordar ningún detalle.
Otro hallazgo interesante fue la variación estacional del recuerdo de los sueños. Los participantes del estudio reportaron menos recuerdos oníricos durante el invierno en comparación con la primavera, lo que sugiere que factores ambientales o ritmos circadianos podrían influir en el fenómeno.
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Estos descubrimientos no solo amplían la comprensión sobre los sueños, sino que podrían ser clave para futuras investigaciones sobre los trastornos del sueño y su relación con la salud mental. “Estos datos servirán como referencia para explorar alteraciones patológicas del sueño y evaluar su potencial valor diagnóstico”, concluyó Valentina Elce, primera autora del estudio.
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