¿Cuáles son los riesgos y efectos secundarios del consumo excesivo de proteínas?

CIUDAD DE MÉXICO.- Las proteínas son un nutriente esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Estas moléculas participan en la reparación y construcción de los tejidos, en la producción de hormonas y enzimas, y son fundamentales para el crecimiento y mantenimiento de los músculos. Su consumo adecuado es clave para una nutrición balanceada y una buena salud general.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta diaria recomendada de proteínas es de 0.75 gramos por kilo de peso corporal. Esto significa que una persona que pesa 70 kilos debe consumir aproximadamente 52.5 gramos de proteínas al día. En promedio, se recomienda que los hombres consuman 55 gramos diarios y las mujeres 45 gramos.

Para alcanzar estos valores, los especialistas sugieren una dieta equilibrada que incluya fuentes de proteínas de alta calidad. Los lácteos, como leche, yogur y quesos, así como las carnes magras, los huevos y las legumbres, son opciones recomendadas por los nutriólogos para garantizar una adecuada ingesta proteica.

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La forma más saludable de consumir huevo para la mejor absorción de sus proteínas

Cuánta proteína se debe consumir

La cantidad exacta de proteína que cada persona necesita puede variar según distintos factores, como la edad, el nivel de actividad física y la condición de salud. Las personas mayores o con un estilo de vida muy activo suelen requerir una mayor cantidad de proteína para mantener su masa muscular y metabolismo.

Sin embargo, el consumo excesivo de este nutriente puede tener consecuencias negativas. Según expertos en salud, ingerir más proteína de la recomendada a largo plazo podría generar estrés en los riñones, especialmente en personas con predisposición a problemas renales. Por ello, es importante ajustar la dieta según las necesidades individuales.

Los especialistas recomiendan consultar a un profesional de la salud antes de modificar de manera drástica la ingesta de proteínas. Un equilibrio adecuado de nutrientes es esencial para mantener el bienestar y evitar deficiencias o excesos.

Fuentes de proteína y su impacto en la salud

Las fuentes de proteína pueden dividirse en dos grandes grupos: animales y vegetales. Las de origen animal, como la carne, los huevos y los lácteos, son consideradas “proteínas completas” porque contienen todos los aminoácidos esenciales. Por su parte, las de origen vegetal, presentes en cereales y legumbres, pueden carecer de algunos aminoácidos, aunque su combinación en la dieta permite obtener un perfil nutricional equilibrado.

Estudios indican que una dieta rica en proteínas de origen animal, especialmente si incluye carne roja y grasas saturadas en exceso, podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. En contraste, una alimentación basada en fuentes vegetales de proteína tiende a ser más saludable y beneficiosa a largo plazo.

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Los expertos sugieren distribuir el consumo de proteínas a lo largo del día y optar por fuentes saludables como pescado, frutos secos, legumbres y carnes magras. Mantener una dieta equilibrada y variada es clave para aprovechar los beneficios de este nutriente sin poner en riesgo la salud.