El trastorno poco conocido que hace creer a las personas que huelen mal

Algunas personas viven con la preocupación constante de oler mal, incluso cuando no hay ninguna razón para pensar que tienen mal olor. Este miedo puede ser tan intenso que llegan a interpretar gestos de otras personas, como tocarse la nariz o abrir una ventana, como señales de que realmente despiden un aroma desagradable.

Esta condición puede afectar la vida diaria de quienes la padecen, llevándolos a evitar reuniones sociales, faltar al trabajo o incluso aislarse completamente. A pesar de que las personas a su alrededor no perciban ningún olor inusual, su angustia es real y puede llegar a ser debilitante.

Este padecimiento es conocido como síndrome de referencia olfativa (ORS, por sus siglas en inglés), un trastorno psiquiátrico poco estudiado en el que los pacientes están convencidos de que desprenden un olor insoportable, lo que les genera ansiedad y vergüenza.

Lo Curioso | Noticias de México | EL IMPARCIAL

27 de Febrero, el Día Mundial de la Anosmia: ¿cuáles son las causas de la pérdida de olfato?

Impacto en la vida cotidiana

Las personas con ORS pueden desarrollar hábitos extremos de higiene con la esperanza de eliminar un olor que solo ellos perciben. Sin embargo, al no encontrar alivio, pueden recurrir al aislamiento social como una forma de evitar la vergüenza que creen causar en los demás.

Recientes investigaciones han arrojado luz sobre esta afección. Un estudio de la Université de Montréal documentó dos casos que ilustran la gravedad del ORS. Uno de los pacientes, un hombre de 63 años, había lidiado con el trastorno desde los 20. A pesar de que pudo mantener relaciones sociales, evitaba ciertos espacios públicos, como el transporte y los eventos masivos.

Otro caso, el de un hombre de 53 años, fue más severo. Su convicción de oler mal lo llevó a un aislamiento total, le impidió conservar un empleo e incluso desarrolló pensamientos suicidas. Este paciente llegó a experimentar alucinaciones relacionadas con su percepción del mal olor.

Diagnóstico y tratamiento

Uno de los mayores desafíos del ORS es su diagnóstico. Las personas afectadas suelen acudir a múltiples especialistas, como dentistas y dermatólogos, buscando una explicación física para su problema antes de ser remitidas a un psiquiatra. En muchos casos, pasan años sin recibir la ayuda adecuada.

El tratamiento suele combinar psicoterapia y medicación. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha mostrado ser efectiva para ayudar a los pacientes a cuestionar y reformular sus creencias erróneas sobre su olor corporal. Además, algunos antidepresivos han demostrado ser útiles para reducir la ansiedad y las obsesiones asociadas con este trastorno.

En casos más severos, el uso de antipsicóticos se ha considerado como parte del tratamiento, aunque su eficacia es menor. La investigación sobre el ORS continúa, con la esperanza de ofrecer mejores estrategias para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.