¿Es momento de divorciarse? Terapistas y abogados dan su opinión

CIUDAD DE MÉXICO.- El proceso de divorcio es una decisión compleja que no debe tomarse a la ligera, aunque a veces las circunstancias lo hagan inevitable. Los terapeutas y abogados de familia reciben constantemente parejas que se enfrentan a esta disyuntiva, especialmente durante momentos significativos como las fiestas, los cumpleaños o los aniversarios. En palabras de Marissa Nelson, terapeuta familiar, es en estos períodos cuando muchas personas comienzan a evaluar sus relaciones, pensando si realmente continúan o si el divorcio es la única salida. A pesar de la baja en las tasas de divorcio, algunas parejas llegan al punto de tomar acción, ya sea a través de terapia de pareja o retiros, mientras que otras optan por separarse definitivamente.

¿Cuáles son las señales de alerta?

Según la psicóloga Monica O’Neal, hay ciertos factores que deben ser considerados como señales claras de que el divorcio puede ser una opción válida. El abuso físico, sexual o emocional es una de las razones más graves para considerar la separación. La seguridad de una persona nunca debe ponerse en riesgo, y en caso de violencia, la salida inmediata es crucial. O’Neal señala que el abuso emocional, aunque a menudo más difícil de identificar, también es igualmente destructivo, pues mina la autoestima y la percepción de la realidad de la víctima. Para algunas personas, la infidelidad es un factor decisivo, pero, como menciona la terapeuta O’Neal, muchos matrimonios han logrado sanar después de un episodio de traición, siempre y cuando se trabaje en las raíces del problema subyacente.

El proceso de separación puede ser complicado y doloroso, pero la clave está en cómo se maneje la situación. El manejo adecuado de los conflictos es fundamental para evitar que estos problemas arrastren a la relación hacia el fracaso. “Casi todo lo que no sea abuso se puede resolver”, señala Marissa Nelson, quien resalta la importancia de la comunicación abierta, el compromiso y la disposición de ambas partes para trabajar en la relación. Sin embargo, si uno de los dos se muestra renuente a recibir ayuda, como terapia de pareja, eso puede ser un indicativo de que la relación no tiene futuro.

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Buscar ayuda antes de decidir

Antes de dar el paso hacia el divorcio, muchos expertos coinciden en que es importante intentar todo lo posible para salvar la relación. La terapeuta Amy Mazur sugiere que, incluso si uno de los cónyuges se muestra reacio, buscar ayuda individual puede ser útil para entender qué está ocurriendo en la relación. Además, Marilyn Chinitz, abogada matrimonial, aconseja a sus clientes que busquen la orientación de terapeutas antes de tomar decisiones definitivas, incluso si el divorcio ya parece una opción probable. En estos casos, invertir tiempo y dinero en terapia puede abrir la puerta a una comprensión más profunda de los problemas, ayudando a las parejas a tomar decisiones informadas.

Si después de una reflexión profunda se decide seguir adelante con el divorcio, el proceso sigue siendo un desafío emocional. Marissa Nelson advierte que la ruptura implica una pérdida significativa, desde la identidad asociada al matrimonio hasta la posibilidad de vivir una vida compartida con los hijos bajo el mismo techo. El dolor y el duelo son inevitables, y a veces los sentimientos pueden ser tan intensos que es difícil saber cómo avanzar. No obstante, enfrentar estos sentimientos de manera directa es crucial para sanar y poder abrir el corazón a nuevas oportunidades en el futuro.

Impacto del divorcio en los niños

Uno de los aspectos más delicados del divorcio es cómo afecta a los niños. Aunque los padres son los principales afectados por la separación, los hijos también sufren las consecuencias emocionales de este proceso. O’Neal subraya que, independientemente de la ruptura matrimonial, la labor de los padres como cuidadores no termina. Ambos deben esforzarse por mantener una relación de respeto mutuo y ofrecerles a los niños un ambiente de apoyo, lejos de los conflictos y los comentarios negativos sobre el otro progenitor. Además, como destaca Nelson, los niños no son observadores pasivos, sino que están profundamente involucrados en el proceso y necesitan un espacio para expresar sus sentimientos y preocupaciones.

A pesar de que el divorcio puede ser más doloroso para los niños más pequeños, incluso los adolescentes y adultos jóvenes experimentan el impacto emocional. Según Nelson, los estudiantes universitarios y los jóvenes adultos pueden sentir una pérdida aún más profunda, ya que el concepto de “familia” suele estar asociado a sus padres. La situación exige que los padres, aunque separados, mantengan una actitud de cooperación y cuidado para minimizar el daño emocional en sus hijos.

Consideraciones legales y económicas

El aspecto legal del divorcio también es crucial para tomar decisiones informadas. Los abogados especializados en derecho familiar sugieren que, incluso si aún no se ha tomado una decisión final, los cónyuges consideren la posibilidad de firmar un acuerdo postnupcial. Este documento puede ayudar a establecer las condiciones en caso de que el matrimonio termine, ofreciendo claridad sobre las finanzas y otros aspectos legales. Nicky Rooz, especialista en derecho familiar, recomienda que las parejas negocien estos acuerdos mientras aún están trabajando en la relación, ya que es más probable que se mantengan civilizados en ese momento.

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Además, los expertos advierten que el divorcio no necesariamente tiene que ser un proceso adversarial. Los métodos alternativos como la mediación o el derecho colaborativo pueden facilitar una separación más amigable, donde ambos cónyuges participen activamente en la toma de decisiones. A pesar de los desafíos emocionales y económicos, un enfoque respetuoso y considerado puede llevar a un resultado más favorable tanto para los implicados como para sus hijos. La clave está en buscar el apoyo adecuado y actuar con empatía, tanto en el aspecto personal como legal, para lograr una desvinculación lo menos dolorosa posible.