Los sonidos que desaparecen con la edad
El oído humano es capaz de detectar sonidos en un rango de frecuencia que va desde los 20 Hz hasta los 20,000 Hz.
Si alguna vez has escuchado a un joven decir que oye un sonido agudo que los adultos no pueden percibir, no está imaginando cosas. Se trata de un fenómeno real relacionado con la pérdida de audición a ciertas frecuencias, un proceso natural que ocurre con el envejecimiento y que tiene explicaciones científicas sorprendentes.
¿Por qué dejamos de oír ciertos sonidos?
El oído humano es capaz de detectar sonidos en un rango de frecuencia que va desde los 20 Hz hasta los 20,000 Hz. Sin embargo, a medida que envejecemos, las células ciliadas del oído interno, responsables de captar las vibraciones del sonido, se van deteriorando, especialmente las que procesan los tonos más agudos. Este fenómeno se conoce como presbiacusia y puede comenzar a notarse a partir de los 25 años, acentuándose con el tiempo.
Una prueba popular en internet es el “tono mosquito”, un sonido de alta frecuencia (alrededor de 17,000 Hz) que muchas personas menores de 25 años pueden escuchar, pero que resulta imperceptible para la mayoría de los adultos mayores.
¿Cómo se usa esto en la vida cotidiana?
Esta diferencia en la audición ha llevado a aplicaciones curiosas:
- Alarmas juveniles: Algunas tiendas y espacios públicos han utilizado sonidos de alta frecuencia para disuadir a los adolescentes de reunirse en ciertas áreas. Como los adultos no pueden escucharlo, es una forma de control sutil sin ser invasiva para el resto de la población.
- Tonos de celular “indetectables”: Algunos estudiantes han aprovechado esta característica para configurar tonos de llamada en frecuencias que los profesores mayores no pueden oír.
- Pruebas de salud auditiva: Existen aplicaciones y videos en internet que permiten a las personas probar qué frecuencias pueden escuchar, dando una idea general de su salud auditiva.
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La pérdida de audición en frecuencias altas es un proceso natural, pero factores como la exposición al ruido fuerte pueden acelerarlo. Proteger los oídos desde temprana edad, evitando volúmenes excesivos en auriculares y ambientes ruidosos, puede ayudar a conservar una mejor audición por más tiempo.