El curioso agujero en las plumas: ¿para qué sirve?
Las plumas Bic Cristal, en el mercado desde hace más de 75 años, tienen un pequeño agujero en su cuerpo que cumple una doble función.
CIUDAD DE MÉXICO.- Las plumas Bic Cristal llevan más de 75 años en el mercado y se han convertido en un objeto de uso cotidiano en todo el mundo. Su diseño simple, con cuerpo transparente y punta esférica de precisión, las ha posicionado como una opción confiable y económica para la escritura. Sin embargo, hay un detalle en su estructura que muchas personas pasan por alto: el pequeño agujero en uno de sus laterales.
Este orificio no es un simple adorno ni un error de fabricación, sino que cumple una función clave en el desempeño del bolígrafo. Su existencia está relacionada con la manera en que la tinta fluye dentro del tubo, garantizando una escritura fluida y sin interrupciones. Pero su propósito va más allá de la eficiencia del producto, pues también está vinculado a un aspecto de seguridad fundamental.
Un diseño pensado para mejorar la escritura
La historia de esta icónica pluma se remonta a 1945, cuando el italiano Marcel Bich y el francés Édouard Buffard fundaron una empresa dedicada a la fabricación de instrumentos de escritura. Su primer gran éxito fue la Bic Cristal, un bolígrafo que revolucionó la manera de escribir gracias a su practicidad y duración. Según la compañía, con la tinta de una sola unidad se puede escribir hasta un kilómetro.
El pequeño agujero en su estructura desempeña un papel importante en este rendimiento. Su función principal es equilibrar la presión del aire dentro del tubo de tinta, evitando burbujas o bloqueos que podrían afectar el trazo. Sin este detalle, la tinta podría detenerse abruptamente, dejando marcas irregulares o incluso inutilizando la pluma antes de agotar su contenido.
Además, este diseño contribuye a prevenir fugas de tinta, un problema común en otros bolígrafos que no cuentan con este tipo de regulación de aire. De esta manera, el orificio permite un uso más eficiente del producto y asegura que la tinta fluya de manera constante hasta el último trazo.
Un detalle que salva vidas
Más allá de su impacto en la escritura, el orificio lateral también cumple una función de seguridad. En caso de que un niño ingiera accidentalmente una de estas plumas, el agujero permite el paso de una pequeña cantidad de aire, reduciendo el riesgo de asfixia hasta que pueda recibir asistencia médica.
Esta característica se volvió un estándar en la industria a partir de 1991, cuando la norma ISO 11540 estableció que todas las plumas debían contar con un diseño que minimizara los riesgos de atragantamiento. Desde entonces, Bic y otras marcas han adoptado esta medida como parte de sus regulaciones de seguridad.
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La propia empresa ha destacado este aspecto en varias ocasiones, señalando que sus tapas y orificios cumplen con normas internacionales para prevenir accidentes. Así, lo que parece un simple detalle de diseño en realidad combina innovación, funcionalidad y seguridad, consolidando a la Bic Cristal como un producto icónico que sigue vigente después de más de siete décadas.