Correr un maratón reduce la mielina en 12 zonas del cerebro, se recupera hasta meses después
Un estudio de la Universidad del País Vasco reveló que correr una maratón reduce temporalmente la mielina en el cerebro, una sustancia clave para la transmisión de señales nerviosas.

CIUDAD DE MÉXICO.- El cerebro, a pesar de representar solo el 2 % del peso corporal, consume aproximadamente el 20 % de la energía total del cuerpo. Su funcionamiento depende de una compleja red de señales eléctricas y químicas que requieren una alta demanda energética, y la glucosa es su principal fuente de alimentación.
Un equipo de investigadores de la Universidad del País Vasco, liderado por el catedrático Carlos Matute, se propuso estudiar qué sucede en el cerebro cuando los niveles de energía disminuyen significativamente. Para ello, analizaron el efecto del ejercicio físico prolongado, como una maratón, en la estructura cerebral.
El estudio, publicado en la revista Nature Metabolism, encontró que los corredores de maratón experimentan una reducción de mielina en ciertas regiones del cerebro tras completar los 42 kilómetros de la carrera. La mielina es una sustancia lipídica que envuelve las neuronas y facilita la transmisión de señales eléctricas.
Un fenómeno reversible
Para llevar a cabo la investigación, el equipo analizó resonancias magnéticas de ocho hombres y dos mujeres antes y después de correr una maratón. Además, hicieron seguimientos posteriores a dos y seis corredores a las dos semanas y dos meses, respectivamente.
Los resultados mostraron que, tras la carrera, el contenido de mielina disminuyó en 12 zonas de materia blanca del cerebro, afectando funciones como la coordinación motora y la integración sensorial y emocional. Sin embargo, los investigadores observaron que la mielina se recuperó sustancialmente a las dos semanas y volvió a su estado normal dos meses después del evento.
El profesor Pedro Ramos Cabrer, también de la Universidad del País Vasco, explicó que este es un proceso reversible, ya que el cerebro puede reponer la mielina con el descanso. No obstante, advirtió que si la demanda energética extrema se prolongara por periodos muy largos, podría tener implicaciones funcionales.
Nuevas líneas de investigación
Los expertos señalan que, aunque el estudio aporta hallazgos valiosos, su principal limitación es el reducido número de participantes. Para comprender mejor el impacto del ejercicio extremo en la mielina, será necesario realizar estudios con un mayor número de sujetos.
El metabolismo cerebral es un campo aún en exploración. La hipótesis de que los lípidos de la mielina pueden actuar como una reserva de energía en situaciones extremas podría abrir nuevas vías de investigación. Además, podría haber implicaciones en el estudio de enfermedades neurodegenerativas.
Según Carlos Matute, comprender el papel de la mielina en la salud cerebral podría contribuir al desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas para enfermedades como la esclerosis múltiple y el Alzheimer. En este sentido, futuras investigaciones podrían enfocarse en cómo la nutrición y ciertos fármacos podrían ayudar a mantener los niveles de mielina en el cerebro humano.
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