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¿Qué es un ‘Incel’?: El término que resuena en “Adolescencia” de Netflix

Más allá de su impecable producción, dirección artística y actuaciones, lo que realmente destaca de esta serie son los conceptos que explora, sacando a la luz una realidad inquietante que trasciende la ficción.

MÉXICO.- “Adolescencia”, la miniserie británica de Netflix creada por Jack Thorne y Stephen Gram, es un drama criminal de cuatro episodios que no deja indiferente a nadie.

 La historia sigue a Jaime (Owen Cooper), un niño de 13 años acusado de asesinar a puñaladas a una compañera de escuela, en una trama brutal filmada con un estilo crudo y realista. Más allá de su impecable producción, dirección artística y actuaciones, lo que realmente destaca de esta serie son los conceptos que explora, sacando a la luz una realidad inquietante que trasciende la ficción.

La trama no solo muestra el impacto del entorno familiar en Jaime, sino también el peso de las redes sociales en su vida. A través de su lente, Adolescencia nos invita a reflexionar sobre cómo las interacciones en línea pueden moldear la mente de un adolescente de formas inesperadas y, a veces, peligrosas.

 Entre los términos que la serie introduce están la “manósfera” o la “regla 80/20”, pero uno en particular se roba la atención: los “incels”.

¿Qué son los ‘incels’?

El término “incel” —abreviatura de “célibe involuntario”— surgió en los años 90 para describir a personas que, a pesar de desear una relación romántica o sexual, se sienten incapaces de conseguirla. Lo que comenzó como una etiqueta autodescriptiva tomó un giro oscuro con el tiempo.

 En foros de internet como Reddit o 4Chan, los “incels” han construido una subcultura marcada por la frustración y el resentimiento. En sus publicaciones, culpan a las mujeres de su “fracaso sexual”, acusándolas de ser avaras, hipergámicas o interesadas solo en el dinero y la apariencia. Las describen como promiscuas y manipuladoras, generalizaciones que alimentan su visión distorsionada del mundo.

Dentro de esta ideología, los “incels” dividen a la humanidad en categorías: las “Stacy”, mujeres atractivas que los rechazan constantemente, y los “Chads”, hombres guapos, varoniles y sexualmente exitosos que, según ellos, monopolizan la atención femenina. Aquí entra en juego la “regla 80/20”, una creencia de que el 20% de los hombres más “deseables” atrae al 80% de las mujeres, dejando al resto (los “incels”)en una supuesta inferioridad genética y social.

El caso de Elliot Rodger: cuando la frustración se vuelve letal

Un ejemplo extremo de esta mentalidad es Elliot Rodger, un joven de 22 años que el 23 de mayo de 2014 protagonizó una masacre en Isla Vista, cerca de la Universidad de California en Santa Bárbara. Rodger asesinó a seis personas e hirió a más de una docena antes de quitarse la vida. Horas antes, subió un video a YouTube y publicó un manifiesto de más de 100 páginas donde detallaba su odio hacia la humanidad, especialmente hacia las mujeres, a quienes responsabilizaba de su soledad y rechazo.

“Lo que siempre quise fue encajar y vivir una vida feliz entre los humanos, pero me desecharon y rechazaron, me obligaron a vivir una existencia de soledad e insignificancia, todo porque las mujeres de la especie humana no fueron capaces de ver lo que valía”, escribió en su carta. Rodger se autoproclamaba “incel” y su acto violento marcó un precedente que vinculó este término con la misoginia radical y el extremismo.

Aunque no todos los “incels” llegan a estos extremos, muchos comparten una frustración similar. Algunos han tenido relaciones fallidas o experiencias humillantes; otros han enfrentado rechazo constante. Este dolor, mal canalizado, se transforma en odio hacia las “Stacy”, los “Chads” y, en última instancia, hacia sí mismos.

‘Adolescencia’ y los ‘incels’: un reflejo de la era digital

En Adolescencia, el concepto de los “incels” no es un simple adorno narrativo. La serie usa esta subcultura para explorar cómo el aislamiento, amplificado por las redes sociales, puede alimentar una furia silenciosa en alguien como Jaime. Aunque la nota no detalla escenas específicas, la miniserie parece sugerir que las horas frente a una pantalla, sumadas a un contexto personal complicado, pueden ser el caldo de cultivo para conductas destructivas.

Más que un thriller para maratonear en una tarde, Adolescencia pone un espejo frente a nuestra sociedad digital. Nos obliga a preguntarnos: ¿qué papel juegan las comunidades en línea en la radicalización de los jóvenes? ¿Es esta serie solo una historia ficticia o una advertencia sobre las consecuencias de ignorar estas realidades? Los “incels” no son solo un término de moda; son un síntoma de algo más grande, y Netflix lo sabe.

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