Cada kilómetro que recorremos podría estar matando a los salmones
Esta sustancia no solo está diezmando a los salmones, sino que también ha sido detectada en el aire, el agua y hasta en la sangre humana.

En las aguas del noroeste del Pacífico, un silencioso asesino amenaza a los salmones coho. Se trata del 6PPD-quinona, un químico presente en las llantas de los automóviles que, con cada kilómetro recorrido, se desprende en forma de partículas invisibles y termina en los ríos donde estos peces desovan. La ciencia ha revelado que esta sustancia no solo está diezmando a los salmones, sino que también ha sido detectada en el aire, el agua y hasta en la sangre humana.
Un enigma resuelto tras décadas de muerte inexplicable
Desde los años 90, investigadores y grupos de ciencia ciudadana en Seattle registraron un fenómeno alarmante: tras las tormentas, los salmones coho aparecían muertos en grandes cantidades, con sus vientres llenos de huevos sin desovar. Durante años, la causa de estas muertes fue un misterio hasta que, en 2020, un equipo de científicos logró identificar al culpable: el 6PPD-quinona, un derivado del 6PPD, químico esencial en la fabricación de llantas.
La investigación, liderada por la toxicóloga Jenifer McIntyre y el ingeniero ambiental Ed Kolodziej, demostró que esta sustancia es letal para los salmones en cuestión de minutos. Los peces afectados comienzan a nadar erráticamente antes de morir con la boca abierta, como si intentaran desesperadamente respirar. McIntyre y su equipo lograron aislar la sustancia tras años de experimentación y análisis de aguas contaminadas con partículas provenientes de llantas desgastadas.
Una amenaza que también nos rodea
Cada año, un solo individuo en EE.UU. libera aproximadamente 5.5 libras de partículas de llanta al ambiente, según la Agencia de Protección Ambiental de California. Estas micropartículas viajan por el aire y son arrastradas por la lluvia hasta los ríos y mares. Investigaciones recientes han demostrado que el 6PPD-quinona ya ha sido detectado en la sangre, la orina y el líquido cefalorraquídeo de humanos, particularmente en mujeres embarazadas.
Si bien hasta el momento no se ha demostrado que esta sustancia sea letal para los humanos en las concentraciones actuales, los científicos están comenzando a estudiar sus efectos subletales, como posibles alteraciones en el hígado y los pulmones.
Aunque no vemos un impacto agudo como en los salmones, estamos empezando a descubrir consecuencias que podrían ser importantes para la salud humana”, explicó McIntyre.
Regulaciones y alternativas
Los esfuerzos por regular el 6PPD avanzan con lentitud. En 2023, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. aceptó una petición de las tribus Yurok, Port Gamble S’Klallam y Puyallup para prohibir la fabricación y uso de esta sustancia, pero aún no hay una fecha establecida para su regulación.
Paralelamente, en California, un grupo ambientalista ha demandado a los principales fabricantes de llantas por violar la Ley de Especies en Peligro de Extinción al contribuir a la muerte de los salmones coho. El juicio está programado para 2026, lo que significa que, mientras la batalla legal se desarrolla, los salmones seguirán muriendo.
Al mismo tiempo, científicos como Caitlin Lawrence están en la búsqueda de alternativas seguras al 6PPD. Sin embargo, el gran desafío radica en encontrar un compuesto que no tenga reacciones inesperadas con el medio ambiente, como ocurrió con el 6PPD-quinona.
Soluciones inmediatas y esperanza para los salmones
A pesar de la falta de regulaciones, hay medidas que podrían mitigar el impacto del 6PPD-quinona en los ecosistemas. Sistemas de filtración en desagües pluviales han demostrado ser efectivos para atrapar estos contaminantes antes de que lleguen a los ríos, pero su implementación masiva requiere una inversión considerable.
Los científicos confían en que su investigación pueda presionar a los fabricantes para que reformulen sus productos o bien motive a los legisladores a imponer regulaciones más estrictas. “Podemos convivir con los salmones, incluso en entornos urbanos, pero debemos ser más cuidadosos con el impacto que dejamos”, afirmó el biólogo Nathan Ivy.
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El enigma del 6PPD-quinona tardó décadas en resolverse, pero la batalla por proteger a los salmones y entender los efectos en los humanos apenas comienza. Mientras tanto, cada kilómetro recorrido por un automóvil sigue dejando una huella invisible pero letal en el medio ambiente.
Con información de Natgeo.
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